Es el fenómeno del año. Adolescencia (Netflix, 2025) ya suma 96,7 millones de visionados, lo que le ha permitido escalar hasta la novena posición de las series en inglés más vistas de la historia de la plataforma, y eso que aún le quedan más de dos meses para seguir subiendo puestos.

Tal ha sido la repercusión de Adolescencia en público, crítica y sociedad que la serie ha llegado al Parlamento británico. Y es que el Gobierno de Reino Unido anunció el pasado lunes que se emitirá de forma gratuita en los institutos de todo el país en un intento por luchar contra la presencia de discurso radicales y machistas a través de redes sociales.

Dirigida por Philip Barantini y escrita por Stephen Graham y Jack Thorne, la miniserie aborda el derrumbe de una familia cuando Jamie Miller, de 13 años, es arrestado y acusado de asesinar a una compañera de clase. Los cuatro episodios, grabados en plano secuencia, están dedicados a las distintas aristas que componen el mundo del joven.

Responsables, no culpables

“Es un error pensar que es Jamie quien tiene el problema. Es muy cómodo para el ser humano creer que hay un único problema y que, si lo señalamos, vamos a dar con la solución, pero una situación así es multicausal”, asegura María Rodríguez Rodulfo. Rodulfo es psicóloga y está especializada en la violencia en la infancia y la adolescencia, labor que ejerce desde la Fundación Márgenes y Vínculos y defiende hablar de responsabilidad en lugar de culpabilidad, porque “si eres culpable lo único que puedes hacer es cumplir tu sentencia; si eres responsable, buscas acciones para reparar el daño”.

“Que un niño de 13 años llegue a ese punto es un fracaso de la sociedad”, continúa María del Mar Segura, que, junto a su compañera Rocío Cruz, trabaja desde El Parador con problemas derivados de la psicología infantil y adolescencia.

Según los creadores de la miniserie, los hechos están inspirados en casos reales de violencia entre adolescentes. En este marco, Segura extrae de la misma un conjunto de claves que están presentes en algunos de los casos que trata, como el “distanciamiento generacional por la tecnología”, la “invención del rol masculino” o los “padres trabajadores que no comparten tiempo ni espacio con sus hijos”.

“Los adolescentes no se van a acercar, por lo que el primer paso lo deben dar los progenitores”

Esa brecha entre padres e hijos es uno de los pilares de Adolescencia y ambas psicólogas abogan por reducirla desde el principio. “Escuchamos pero no juzgamos, dicen ahora, y es lo que deben hacer los padres con sus hijos”, añade Segura, y confiesa: “Los adolescentes no se van a acercar, por lo que el primer paso lo deben dar los progenitores”. “Ese vídeo de TikTok que te muestra y no te interesa puede ser la puerta que cree un vínculo para que en un futuro se atreva a hacerte confesiones”, agrega Rodulfo.

Normalización del acoso

Esas confesiones abarcan situaciones límite como ser víctima de violencia sexual o escolar. “Me sorprende lo normalizado que tienen el bullying, el egoísmo y lo que les cuesta expresar sus sentimientos”, confiesa Segura. En cuanto al ‘sexting’ (mensajes y fotografías subidas de tono entre adolescentes), clave en la miniserie, Rodulfo lamenta que “los menores que lo sufren no tienen recursos a los que acudir porque sienten que les van a culpabilizar”, e incide en que “es una falacia afirmar que hay más violencia sexual que antes, solo que ahora le ponemos nombre”.

La psicóloga defiende atajar el problema desde las bases, y es que, según Rodulfo, “está demostrado que la educación sexual en las aulas previene el abuso”. “Cuando hablamos de educación sexual hablamos de emociones, de enseñar a los chicos cómo afrontar la rabia, la impotencia y la frustración, porque les cuesta regularlas”, añade.

Sacar a la luz

La miniserie de Netflix se ha colado en muchos televisores de la provincia, sacando a la luz problemas tan incómodos como reales. “Valoro mucho que la serie ayude a debatir sobre problemas con los que nos encontramos día a día, porque el asesinato es el extremo, pero hay conductas que son habituales”, confiesa Segura, que observa reacciones en los niños tras el visionado: “Se quedan perplejos y provoca cambios en ellos. Algunos se están acercando más a los padres, les da un poco de miedo poder convertirse en Jamie”.

Protección de menores en redes sociales

La repercusión de Adolescencia no se queda en Reino Unido. El Gobierno de España aprobó la semana pasada el proyecto de ley para la protección de menores en entornos digitales, que incluye órdenes de alejamiento virtual o la imposición de controles parentales, entre otras medidas.

“Una red social no es culpable de que un niño ejerza violencia, pero las empresas tecnológicas no están haciendo que sean seguras en su diseño y los creadores no pueden lavarse las manos al respecto”, declara Rodulfo, que cree que “son las herramientas las que tienen que adaptarse a ellos".