Quizás no sea la persona más indicada para hablar de Don Francisco Guzmán del Rey, es obvio que su familia y la misma Iglesia Católica pueden dar testimonio de todo el bien que ha sembrado en la Tierra, porque noventa y cinco años dan para muchas cosechas. Pocos hoy pueden llegar-no a esa edad- sino a ese currículum que como sacerdote Don Francisco alcanzó. Fueron muy afortunados todas las personas que dentro del mundo eclesiástico lo conocieron y lo tuvieron como formador, padre espiritual y todos los dones que Dios le dio-que no fueron pocos-. A nivel docente era excepcional, es decir, se fundieron dos vocaciones maravillosas para hacer el mayor bien durante casi un siglo de vida, aquí en nuestro planeta. Don Francisco Guzmán del Rey dio su vida por amor a los demás, a la Iglesia y a Dios, teniendo siempre a Jesucristo y su misericordia en el centro de su vida. Su vida se puede entender como un regalo del cielo. Guardaba en el corazón frases: “Vive en el amor, Jesús te espera hoy y siempre, su pasión eres tú”. El sábado diecinueve de agosto Dios lo llamó. Que la Virgen y Cristo lo acojan en el cielo dando gloria a Dios.