Otra  vez  como tantas   a lo largo de su historia   el PSOE pasa por un desgarro interno que le obliga  a cooperar con     el partido conservador siendo por naturaleza de  izquierda moderada.  Trescientos días  de Gobierno  en funciones, con la mayor  parte de los proyectos  bloqueados y el   cada  vez  más  difícil  entendimiento con los partidos  afines,  han  ido creando esta situación de vértigo  que se traduce en   una  especie de agonía política. Asi los barones  aconsejan   facilitar la investidura  al presidente del partido  más corrupto de Europa y por otro  lado  aumentan los  aferrados   al  no y no  de  Pedro Sánchez. La gestora  se las ve y se las desea para llevar  el carro  a   la explanada.  Ni siquiera el buen hacer y el prestigio coordinador de  Javier  Fernández  son suficientes  para que todo termine    a gusto de todos., Ayer surgió  una  última iniciativa  de Borrell y Tapia  pidiendo primarias  e inmediatamente un congreso  extraordinario. Para quien no pertenece  al PSOE ni a ningún partido la    estrategia   a seguir  la  tiene  seguramente    mucho    más clara.    Más allá de lo que digan  los publicistas  interesados,  ni   las  elecciones  terceras, ni los malos augurios  electorales, ni    siquiera  el temor de que Podemos se quede  con   la exclusiva  izquierdista,  debiera  sacarnos  de  nuestro    camino. El PSOE  debe  dar  ejemplo  de ética  frente a la corrupción. El juicio  de  Gúrtel  que estos días llena  las páginas de los periódicos  nos  está  enseñando   artimañas horrorosas. Me vienen  ahora las palabras de Rodrigo  Rato cuando era vicepresidente económico  del  Gobierno de Aznar.  Poseído por   el   falaz  edulcorante  de que  “ España iba bien”   dijo aquello:  “ A nosotros  no nos tienen que decir lo que tenemos  que hacer” . 
Evidentemente Iban  sobrados, , pero ya lo creo que sabían cómo meter la mano en la caja.  Se ha dicho del PP  que     era  “una  red  mafiosa  para delinquir”. Por ella transitaba  Francisco Correa    a la caza de las mordidas  como si fuera    su  propio  despacho.  Es  normal  que  entre la militancia   socialista  haya ahora un recelo  pavoroso para  afianzar  la   abstención. El. principio  salvar lo  malo  para librarse de lo peor  quizá ya no sirva   El PSOE  debe recobrar  la credibilidad entre sus votantes  sin  miedo al tiempo  que  algún día hará justicia.