Callados, conformes y contentos
Si la Junta de Andalucía fuera una administración seria y creíble, ya debería haber almerienses nacidos en el hospital materno-infantil capaces de leer las portadas en donde nuestro gobierno autónomo vuelve a hacer nuevas promesas sobre viejos proyectos. Lamentablemente, la Junta de Andalucía ha escogido vincular su trayectoria histórica en Almería con el incumplimiento, la falsedad y esa irritante manía de intentar acomodar la realidad al discurso que más le ha interesado. Por eso no sorprende en absoluto que los socialistas almerienses salgan ahora a saludar como “una gran noticia para Almería” que la Junta de Andalucía anuncie en 2016 que el proyecto que presentó en 2007 sobre ese hospital estará concluido, con suerte, para 2018. La fisiología humana es casi tan sorprendente como la vida política y por eso ya nadie se extraña de la admirable capacidad de dilatación de algunas y algunos a la hora de acomodar según qué anuncios. Ya saben que la Junta de Andalucía quiere para los almerienses la “Fórmula de la Triple C”, esto es: callados, conformes y contentos. Callados, porque oponerse a su criterio de perfección decretada es un innecesario ejercicio de confrontación que a nadie beneficia. Conformes, porque la Junta de Andalucía jamás se equivoca. ¿Han leído a algún cargo o carga del PSOE pedir perdón a los almerienses por alguno de sus múltiples retrasos o incumplimientos, cuya enumeración ocuparía todo el espacio de esta columna? Y finalmente contentos. Muy contentos porque vivimos en el mejor de los mundos posibles. Había que estar contentos cuando el expresidente Manuel Chaves presentó la maqueta de este hospital (sin proyecto, por cierto) contentos cuando se anunció el presupuesto (por cierto ¿dónde está ese dinero?) y se puso la 1ª piedra; contentos cuando no se iniciaron las obras y contentos cuando ahora anuncian que sí se inician. La Junta ha tocado el pito: mal andaluz el que no baile.