E l Ayuntamiento de Almería es, de largo, la administración que representa para los almerienses no sólo el gobierno de esta capital, sino la principal herramienta de transformación y proyección de la misma. Mañana lunes el Ayuntamiento de Almería debatirá el Presupuesto Municipal para 2014 elaborado por el equipo de Gobierno del PP. Estas previsiones deben entenderse en el contexto de una situación económica dominada por el desequilibrio financiero que supone para el Ayuntamiento de Almería la permanente incertidumbre y el factor limitante que suponen los reiterados incumplimientos de la Junta de Andalucía en materia de inversiones y pagos. Lo cierto es que si la situación económica de la Junta de Andalucía fuese otra y no la que su mala gestión ha provocado, el presupuesto de Almería para el año próximo sería diferente. Sería mejor para Almería y para los almerienses. Y esto no es una opinión aventurada, sino un hecho constatable. Por ejemplo, baste recordar que la Junta de Andalucía lleva incumpliendo durante 2 años consecutivos (2013 y 2014) la Ley reguladora de la Participación de la Entidades Locales en los Tributos de la Comunidad Autónoma. La Junta ha congelado los Fondos destinados a los Ayuntamientos durante estos dos últimos años. Y lo que decía la Ley es que la dotación del Fondo iría incrementándose a razón de 60 millones de euros cada año, hasta alcanzar los 600 millones. Pues bien, este nuevo incumplimiento de la Junta de Andalucía con Almería ha supuesto que este Ayuntamiento haya dejado de ingresar 1,3 millones de € cada año por este concepto. En total, 2,6 millones de euros que ni están ni se esperan, como tantas y tantas cosas relativas al trato de la Junta de Andalucía con Almería.
Por eso, cuando dentro la oposición (PSOE-IU) califique estos presupuestos de “ficticios e irreales”, creo que sería justo añadir a esa fantasía los millones de euros que la Junta de Andalucía ha decidido que no quiere o no puede pagar a los almerienses. Pero si quieren hacer algo más pegado a la realidad, los señores concejales de la oposición podrían recomendar a sus compañeros en Sevilla que, en lugar de tanto Plan de Choque contra el Empleo, que al final no sirven más que para generar gastos y trastorno a los ayuntamientos, hagan algo tan fácil, sencillo y cómodo, como es dar a los ayuntamientos el dinero que, por ley, les corresponde. Eso es, al fin y al cabo, lo que significa la política de permanente incumplimiento de la Junta de Andalucía: un factor que limita el crecimiento de Almería.