La penosa herencia de Griñán
La penosa herencia de Griñán
Decía el señor Griñán pocos días antes de oficializar su “espantá” que prefiere que le hagan daño a él a que alguien haga daño a Andalucía.
Lo malo es que el daño a Andalucía ya está hecho, precisamente, por quien ha sido capaz de amparar o no querer ver el saqueo y los excesos que, de modo sistemático, se han venido urdiendo durante años en el mismo corazón de la Junta de Andalucía. Puede que el señor Griñán crea que el portazo que ha dado a todos los andaluces con su apresurada huída supone el punto final a sus problemas, pero lo cierto es que por segunda vez un presidente del Gobierno andaluz abandona Andalucía y, en ambos casos, lo han hecho buscando el refugio de un destino en Madrid, más lejos del foco de los problemas.
Y aunque puede que desde el punto de vista judicial la fuga de Griñán hacia el Senado introduzca alguna variable procesal que pueda beneficiarle en caso de que las investigaciones sobre los ERE fraudulentos acaben salpicándole, igual que ha pasado ya con más de un centenar de cargos próximos al núcleo de poder socialista en la Junta, lo que no cambia es el daño irreparable que el señor Griñán ha causado a Andalucía.
Clientelismo Y no hay daño más grave que amparar y/o consentir un modelo de gestión basado en el delito, el clientelismo y el aletargamiento de la sociedad andaluza. De hecho, cualquiera que vea las cifras y los datos que presenta Andalucía en los indicadores de referencia de las sociedades desarrolladas comprobará que después de tres décadas de socialismo, los andaluces seguimos a la cola en cuanto a niveles renta, empleo, educación, infraestructura, atención sanitaria y justicia.
Y lo más lamentable es ver que en unos momentos en los que el gobierno de la Junta de Andalucía debería estar dedicado a ofrecer el mejor de sus esfuerzos para que los andaluces salgamos antes de la crisis, los miembros del ejecutivo andaluz (PSOE-IU) están ocupados única y exclusivamente en estrategias judiciales y partidistas, buscando vías de escape judicial de los delitos económicos que están siendo investigados y maniobrando en clave interna para situarse de modo favorable en el nuevo gobierno que presidirá una heredera designada a dedo.
Ninguneados Los andaluces, una vez más, somos ninguneados y marginados por un gobierno formado por quienes, tras perder las elecciones, han visto en el pacto un modo de garantizarse el mantenimiento de derechos y privilegios. Por eso, y ahora más que nunca, desde el Partido Popular seguiremos trabajando por Andalucía, impulsando y controlando la labor de un gobierno que, mucho me temo, va a ser más de lo mismo.