Zarpazos de silencio en Castala
Zarpazos de silencio en Castala
Al acecho, sigilosos y vigilantes, nos hemos apostado bolígrafo en ristre en una batida informativa a la caza y captura de una pantera que al parecer merodea por el parque de Castala, en Berja. La noticia, como tal, tiene todo el encanto del avistamiento veraniego de faunas exóticas e intimidantes, con la participación de testigos fugaces que aportan testimonios que mantienen viva la llama periodística de la búsqueda.
Y así estamos pasando el verano, oteando el horizonte de papel a ver si a lo lejos descubrimos un surtidor de emociones para poder llamar a la redacción gritando eso de “¡por allá resopla!”. Pero la pretendida pantera está resultando aún más escurridiza que una ballena blanca y no hay manera de certificar su intermitente existencia o arponearla con evidencias.
Por lo tanto, no quiero descartar que esta historia tenga alguna similitud con aquella estupenda y hoy casi olvidada película, “La mujer pantera” (Jacques Tourneur, 1942) en la que una joven cree estar afectada por una lejana y sobrenatural maldición que la convierte temporalmente en pantera. Es decir, que podríamos estar ante una presencia felina de ida y vuelta por el parque de Castala, lo cual explicaría la frustración y abatimiento de vigilantes y tramperos.
En todo caso, y por si sirviera de ayuda a los componentes de este safari alpujarreño, me permito traer, como advertencia, unos versos de la “Canción noctura en la jungla”, incluida por Kipling en el prólogo de su popular “Libro de la Selva”. “Orgullo y fuerza, zarpazo pronto, prudente silencio: es nuestra hora.”
Así que mucho ojito con el bicho de marras. Pero de momento, para lo único que esta sirviendo esta cacería es para llenar de garra a los titulares y de chistes malos a las columnas.