Griñán recorta; IU aplaude
Griñán recorta; IU aplaude
Si debemos entender un discurso de investidura como una declaración de intenciones políticas en el umbral de una nueva legislatura, el pronunciado por el señor Griñán hace unos días en el Parlamento Andaluz no puede sino hacer saltar todas las alarmas. De entrada, porque la política del PSOE en la Junta de Andalucía ha dejado de ser su política. Ahora se debe a los peajes que ha colocado Izquierda Unida, la coalición que a golpe de puesto ha olvidado el compromiso ético de lucha contra la corrupción que tanto pregonó en campaña. Y es que lo último que necesita en estos momentos la Andalucía del millón doscientos mil parados son las alianzas estratégicas y emocionales de los partidos perdedores de las últimas elecciones autonómicas. Esta bicefalia que se avecina es, probablemente, la peor noticia que pueden recibir hoy todos los andaluces, y especialmente los que como consecuencia del nefasto manejo de la crisis por parte de los socialistas, han perdido su empleo o necesitan con urgencia una solución para la situación de emergencia que vive su familia. Esta unión temporal de partidos presuntamente progresistas va a despertar desconfianza, inseguridad jurídica y va a hacer daño a Andalucía. La primera prueba la tuvimos en el discurso de investidura del señor Griñán, que se ha limitado a seguir el mismo patrón de anuncio de políticas ya fracasadas, que sólo han servido para destruir empleo y confianza y cuya única novedad es que habrá más impuestos. No incluyo los recortes del PSOE en la Junta en el capítulo de novedades, porque fueron precisamente los socialistas los que estrenaron la tijera en España y Andalucía. Lo que sí me llama la atención es que el señor Griñán no nos haya dicho todavía en dónde piensa aplicar la cirugía o la costura para recortar los 2.700 millones de más que incluyó en el Presupuesto falso de finales del pasado año. ¿Afectará a los Asuntos Sociales, a la Educación, o a la Salud? Pues que tenga cuidado el señor Griñán en dónde mete la tijera, porque ya se sabe que con esas cosas no se juega, como bien alto y bien claro han dicho muchos compañeros y compañeras socialistas estos días en diversas manifestaciones callejeras. ¿Saldrán los sindicatos a protestar contra los recortes del señor Griñán? Me reservo mi predicción pero en todo caso lo que nadie podrá negar es que los expertos en detectar agendas y programas ocultos están estos días en clamoroso silencio ante el anuncio de estos recortes. No obstante, lo verdaderamente significativo es que los recortazos de Griñán son, desde hoy, también los recortazos de Izquierda Unida. Por lo tanto, además de preguntarles en qué despacho han arrumbado sus proclamas de limpieza ética y barrido político de la corrupción institucional, habrá que preguntar a esta coalición por la verdadera situación económica de Andalucía, algo que hasta ahora nos han ocultado a los andaluces. Como dijo Javier Arenas en el debate de Investidura, gobernar no es gastar por gastar, ni decir a todo que sí, tampoco es cultivar el pasado, ni dar tres consejerías y asunto terminado. Gobernar es administrar bien, estableciendo prioridades y anticipándose al futuro para no hipotecar a las próximas generaciones de andaluces. Gobernar es, y bien lo sabemos en el Partido Popular, tomar decisiones complicadas que darán mañana beneficios a la sociedad. Pero sobre todas las demás cosas, gobernar es asumir responsabilidades sin pretender eludirlas, mirar de frente a los ciudadanos y decirles sencillamente la verdad. Y lamentablemente por lo visto en su primera intervención, el señor Griñán será un mal gobernante. Otra vez.