Este Gobierno no deja títere con cabeza
Este Gobierno no deja títere con cabeza
Artur Mas sigue con su tema. El Gobierno y los Sindicatos se cruzan de manos con un desden abominable, son muchos y mal organizados.
Curiosa excepción que confirma la forma de pensar y medir con cierta objetividad mis opiniones lo demuestran cuando me dejan en paz. Hemos hablado hace poco la notable e insigne Pilar Pérez; le pedí un fragmento poético y fui complacido, vean: “Rompiste tu juramento frágil, tu cariño, si vienes por los despojos, anoche los tiré al río” Pensamos, y comentamos con un profundo dolor, en los niños y viejos que no tienen pan ni techo.
Han encontrado al bebé muerto. Y un clamor de llanto y rabia nos ha conmovido a una gran mayoría. Diego Gurces: “Esta tarde de gris desesperanza el dolor me deduce por sus sombras, mi mirada no tiene alejamiento y veo lagunas sin razón”
Ante tanta corrupción, anteayer, en el regazo de su madre, Antonio Puertas Sánchez, de cuatro años, fijó sus ojos hermosos y de profundidad insondable e inició el tema sin vacilar. Quedé gratamente admirado y noté la Presencia del SUMO HACEDOR. Siendo así que yo te debo un favor de valía muy muy importante te voy a llamar querube. Voy a seguir escribiendo mientras Dios quiera y la aquiescencia del director lo permita y voy a añadir que no se me condicione bajo ningún pretexto: “Es mejor morir de píe que vivir de rodillas”.
Al margen de todo lo expuesto rezo a Dios Todopoderoso por las tragedias de tipo general, significando Siria que me quita el sueño y una vez más repetir que estoy escribido para La Voz de Almería, -y ello me complace mucho- y entre tanto llega mi querida compañera, con un sigilo especial, y besa mi boca cuidada y pensamos en otros tiempos, cuando los malditos estaban dormidos o drogados; para librarnos de ellos solemos rezar al ECCE HOMO. El resto son hombres y mujeres, con sus defectos y sus virtudes.
Con Rato debo y quiero echar un Rato. Del mismo modo con el Ministro de Educación.
Las personas que carecen de sustancia gris deberían ponerse cucos.
De las emblemáticas, no tengo tiempo ni espacio que dedicarles hoy. La primera a la que conocí fue Pilar Pérez y después al resto, a cuyos pies quedo, e irán, si Dios quiere, ocupando su lugar.