Perdonen que no me levante al paso del cortejo, pero mientras media España habla de la otra media, permítanme recordarles que hay vida más allá de los muertos del pasado. Fíjense por ejemplo en este dato que les aporto: mañana sábado termina el plazo que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dio al magistrado ponente de la sentencia del Caso ERE, Juan Antonio Calle Peña, para dedicarse en exclusiva a su redacción.

¿Recuerdan la pieza? Sí hombre, lo del robo del dinero público para engordar las cuentas del PSOE andaluz y llenar los bolsillos de un buen número de cargos, arrimados y recogidos del partido, convertido ya en la hermandad matriz del atraco más grande registrado en España en los últimos años. Trescientas personas implicadas -entre ellas dos expresidentes andaluces, seis exconsejeros y otros catorce exaltos cargos socialistas- con aproximadamente 855 millones de euros desaparecidos. En teoría deberíamos conocer la sentencia en plena campaña electoral, lo que en principio no parece una buena noticia para el PSOE, al que una vez desenterrado Franco no le quedan más señuelos mediáticos que lanzar.

Y sin pretender interferir en la labor de la Justicia, creo que podemos anticipar que en condiciones normales de presión y temperatura el fallo del tribunal no va a favorecer precisamente el discurso del PSOE como partido ejemplar y honrado, lo que había supuesto una referencia diferenciadora para los socialistas, que se han fracturado el esternón dándose golpes de pecho por el también apestoso episodio del PP en la Gürtel y la Púnica, que ni de lejos suman unidos la tercera parte del alcance delictivo de los ERE.

Pues bien, ahora queda esperar a ver si el camino de la Justicia discurre independiente al de la peripecia partidista y electoral o si, como ya proclamó ese fenómeno de la independencia judicial que es el exFiscal General Conde Pumpido, “el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el polvo del camino”.

Veremos si hay mancha o no.