Siempre me consideré ciudadano del mundo en tanto en cuanto que -conociendo la catastrófica situación en que viven, o mejor sobreviven, muchos ancianos y niños que no cometieron delito alguno- me siento solidario a la vez que impotente para solucionar sus problemas.

Últimamente una nostalgia repleta de recuerdos de mis juegos de niño, juegos infantiles que compartí con mis coetáneas que descansan en el Camposanto aún y que aún hoy recuerdo con dulce embeleso.

Lucien J, Engelmajer: "Mientras que los hombres grandes, inflados de peso y de importancia, poder en mano, son pequeños y mezquinos"

Por enésima vez voy a contar, con voz afable y cariñosa, que estoy dispuesto a colaborar pero advierto que hace muchos años dejé de obedecer a aquellos maestros de hermoso recuerdo; me dictaban con voz solemne. No me gusta que me impongan lo que tengo que decir. Creo en la inspiración. A los impacientes que suspiran por figurar yo les recomendaría la lectura de los clásicos y muy especialmente El libro de Buen Amor. Hay dos palabras emblemáticas para mí: MADRE Y LIBERTAD.

Durante el tiempo que estuve bajo la tutela de mis padres todo fue a pedir de boca, más cuando mis ojos, hace cincuenta y un años, se hundieron en los suyos, enigmáticos y misteriosos, asumí la obligación, con sumo gusto, de complacer sus más mínimos deseos.

A través del teléfono escuché una voz amiga que correspondía a Alejandro Sánchez, "Por sus frutos los conoceréis"

Tengo un amiguito de nueve años; se llama Iván Jesús Ferrer César y tiene unas cejas perfectas que dan sombra a sus ojos de profundidad insondable y una boquita donde la risa baila al son que le tocan.

A Rosa María Maturana la recuerdo cuando era pequeñita y aún hoy la veo, a través de la distancia, repleta de gracia y sabiduría; por ese y otros motivos recurro a Pilar Pérez, esta poeta que me dice siempre: "Tú atiende a los demás" Ella, junto a Carmen Alcalde son musas imperecederas. Cito a Pilar "Vestidas de gris las horas / las ilusiones borraban / se oyó un último suspiro / que se llevó mi esperanza.