Juan Pedro Enciso Cascales
Cuando un amigo se va….
Alejandro Bonetti Munnigh
Que difícil es realizar la semblanza de una persona muy querida, cuando se nos va y más aun cuando es de repente e inesperada. Hijo de D. Ambrosio Enciso Mena, gran personaje y hombre encantador, polifacético (ATS, Procurador de los Tribunales, músico, maestro) y de Dña Isabel Cascales (98 años en la actualidad), pianista en su juventud, de quienes aprende a amar desde la cuna la pasión por la música en todas y cada una de sus expresiones. Estudia Medicina en la Facultad de Medicina de Granada, residiendo en el colegio mayor Isabel la Católica, perteneciendo desde muy temprano a la tuna universitaria y al equipo de rugby, dejando desde entonces su impronta humana y profesional. Viaja a la Republica Dominicana, donde se especializa en Odontología y ejerce con brillantez en su Huércal-Overa natal que lo vio nacer; le caracteriza su entrega, su paciencia y bondad con sus pacientes, gran virtud esta que el genial Beethoven reconocía como símbolo de excelencia y superioridad. La música clásica y la ópera le acompañaron en todos los momentos de su vida, y como fuerza inspiradora y mágica que es, solo anida y florece en corazones como el de nuestro querido Juan, grande, sensible y muy profundo, espiritual. Sus grandes pasiones y desvelos, su compañera eterna Marta y sus dos bellas hijas, Martita y Olga, que desde muy pequeñas le acompañaban los fines de semana a llenar con su presencia nuestros espacios naturales, en especial los humedales almerienses, ávido de descubrir y analizar la bella naturaleza. Fuiste ungido de muchos dones especiales, que solo un grupo de grandes almas elegidas las han poseído: generosidad, bondad, bonhomía, capacidad para disfrutar con todo, sonrisa franca, el amor infinito por los tuyos y tu pasión por la naturaleza y la música, grandes ejemplos que siempre vivirán con nosotros y en nuestros corazones. Mi querido Juan: cuando un amigo se va, se detienen los caminos y una estrella se ha perdido, pero tu seguirás abriéndonos caminos y tu luz alumbrará el universo que creaste. Hoy y siempre, todos te seguiremos queriendo y adorando. Que descanses en paz, con la música de tus pájaros, en la morada del alma que mereces.