El verano en la provincia es, sin lugar a dudas, sinónimo de turismo, no solo a nivel nacional, sino que cada vez más vienen veraneantes de otras partes del mundo, como es el caso de Reino Unido. Lo cierto es que si hay algo por lo que destaque la costa almeriense, eso es por la gastronomía. Más allá de su riqueza hortofrutícola, destaca el pescado y el marisco fresco y de calidad, como es el caso de la exquisita gamba roja de Almería, reconocida por su intenso sabor, carne fina, firme y sabrosa.

Este crustáceo, capturado bajo la técnica de la pesca de arrastre, supone un auténtico privilegio para los paladares más exigentes y, si no, que se lo digan a sus precios a la hora de hacer la compra en el mercado de abastos. Hace unos cuantos de años, la gamba roja de Garrucha llegó a su máximo histórico con la cifra récord de 225 euros el kilo. En cualquier caso, lo habitual, especialmente en fechas señaladas, es que su cotización pueda llegar a los cien euros el kilo de la mayor calibre. 

Garrucha, un pequeño municipio costero con menos de 4.000 habitantes, vive plenamente del mar. Tanto es así que este crustáceo representa cerca del 70 % de la facturación de su lonja, que emite y gestiona la marca que ampara este manjar.

La gamba roja de Garrucha, el tesoro marino del Levante almeriense

Si bien el arroz es una de los buques insignias de la región, no cabe duda de que la gamba roja de Garrucha es el símbolo gastronómico de la tierra del Indalo. La pesquería de la gamba roja se concentra en el mediterráneo oriental andaluz, en la provincia de Almería y en los alrededores de la reserva marina de la Isla de Alborán, lo que la distingue entre las mejores gambas del mundo.

Para ser más exactos, la flota arrastrera actual en cuatro puertos de la provincia -la que captura los cotizados mariscos como el gambón y la cigala o especies como la brótola o el rape- se distribuye entre los 28 barcos de Almería, ocho de Garrucha, siete en Carboneras y seis en Adra. En el caso concreto de la gamba roja, las aguas frente a Garrucha descienden bruscamente, alcanzando profundidades entre 200 y 1 500  metros en pocos kilómetros, un hábitat ideal para esta especie.

El lujo del mar que tienes que probar en Almería

Degustarla en Garrucha es un acto casi ritual: gambas recién sacadas del mar, cocinadas a la plancha con un poco de aceite de oliva y sal gorda, asadas apenas un minuto por lado para preservar su jugosidad. El resultado es una explosión de sabor en boca, digna de la mejor alta cocina. Y he aquí una recomendación para los amantes del buen comer.

En el litoral de este pueblo del Levante almeriense se ubica un chiringuito que destaca precisamente por la calidad de sus arroces y gambas rojas y que ha sido reconocido con un Solete de la Guía Repsol. Hablamos del Chiringuito Boracay, un auténtico templo del marisco. Este establecimiento está especializado en arroces, pescados y mariscos y, además de comer, se puede disfrutar de la tarde y la puesta de sol de la mano de música, cócteles y cachimbas en un enclave ideal.

Además del marisco, la carta ofrece entrantes muy típicos como el gazpacho o el salmorejo, así como ensaladas integradas por ingredientes de todo tipo. La gamba roja, cuyo precio va variando en función del mercado, se suma a la infinita lista de pescados como mejillones, calamares, camarones, sepia, pulpo, cazón en adobo, atún rojo o rape. 

En Boracay también ofrecen carnes, que con una carta más breve, también contenta a los enemigos del pescado con chuletillas de cordero, buey madurado o cerdo ibérico.