Una mirada atrás en honor a una tradición imborrable
El Certamen de Indumentaria Almeriense se celebra hoy en la Caseta Municipal

El mandil y el pañuelo son complementos importantes en el traje de refajona.
Volver a los orígenes de la provincia es el objetivo primordial del Certamen de Indumentaria Tradicional Almeriense, que se celebrará hoy a las 22 horas en la terraza de la Caseta Municipal. Aunque, tal y como reivindica su organizador, Jesús Muñoz, el concurso debe despojarse de su carácter competitivo para tornarse en “un encuentro”, una cita con la más pura tradición de la provincia.
El certamen, que esta Feria conmemora su cuarta edición, cuenta cada año con más participantes: “El número de inscripciones ha subido, aunque suele rondar los 20 y seguirá aumentando porque es ahora cuando se está recuperando y reclamando toda la tradición de nuestros antepasados”, explica Muñoz.
En la vestimenta femenina, el popular traje de refajona, no puede faltar el refajo que le da nombre. Se trata de unas enaguas decoradas con motivos florales de muy variados colores. Precisamente en esta pieza radica la diferencia entre los ropajes usados en las zonas de la provincia bañadas por el Mediterráneo, con telas más ligeras, y los utilizados en aquellos que se erigen sobre la serranía, de tejidos más gruesos. En cuanto al hombre, lo más icónico es el zaragüel, unos calzones cortos muy anchos que, antaño, los visitantes confundían con faldas. Así lo confirman algunos textos de la época que, incluso, comparan a los varones almerienses con los soldados de la Antigua Grecia.
Estos trajes, cada vez más presentes en la Feria, se están recuperando mediante tres vías fundamentales, como señala Jesús Muñoz: “En mi caso, se los encargo a un sastre especializado en vestimenta tradicional almeriense, pero también hay gente que se los cose”.
La otra opción, más romántica, pasa por rescatar los trajes de los antepasados familares. De hecho, es algo que el jurado del Certamen tiene muy en cuenta: “En ediciones pasadas hemos visto a jóvenes lucir el traje de sus abuelas o algunos complementos muy antiguos, como un mantón de manila original del siglo XIX”. Asimismo, el jurado también valora “la manera en la que se lleva la vestimenta”. El concurso comienza con una exhibición de cada traje y prosigue con la actuación de un grupo folclórico almeriense al son de música tradicional.
Como señala Jesús Muñoz, estos trajes han recobrado su importancia y ahora “gozan de un protagonismo especial gracias al tramo tradicional del Paseo, y eso es siempre una buena noticia porque es necesario homenajear la historia”.