Tomates por debajo del umbral de la pobreza
Un informe de Fairfood revela que el 87% de los peones agrícolas marroquíes cobran menos de 147 euros al mes. Tesco, Sainsbury y Ahold han empezado a presionar a empresas local

Jornales marroquíes apiñados en un camión rumbo a los invernaderos de Agadir
Marruecos se ha convertido, tras Holanda y España, en el tercer exportador de tomate a la Unión Europea con cerca de 500.000 toneladas con un valor de más de 300 millones de euros.
Más del 80% del tomate de terceros países que llega al nuevo continente procede del país magrebí y el 90% de lo que producen está destinado a la exportación europea. El target o diana de negocio está claro para los productores alauitas desde que se firmó el acuerdo con Bruselas y el tomate representa la mitad de sus exportaciones, la competencia que más daño hace a Almería.
Sin embargo, un informe realizado por Fairfood International, la corporación que vela por la sostenibilidad laboral en todas la regiones del mundo, saca unas conclusiones demoledoras del trabajo agrícola marroquí y revela las presiones que están empezando a hacer grandes cadenas de distribución como Tesco, Alhold y Sainsbury a las comercializadoras marroquíes para equiparar salarios.
Competidora almeriense
El informe realizado este mismo año a pie de invernadero, en la región de Souss-Massa-Dràa (Agadir) donde se produce casi todo el tomate alauita, revela que el salario mínimo agrícola es de 1.648 dirham, que equivale a 147 euros al mes, por debajo del propio umbral de la pobreza establecido por el Reino de Marruecos en 156 euros.
Un 87% de los trabajadores encuestados por Fairfood aseguraron que cobraban por debajo de este umbral y que no llegan a cubrir sus necesidades básicas familiares de alimentación, vivienda y vestido. La mayoría de los trabajadores de este tomate de miseria son mujeres desplazadas de otras zonas aún más pobres del país para trabajar como temporeras dando lugar a un notable incremento demográfico triplicando la población con nuevas poblaciones.
En la región tomatera hay en torno a 70.000 trabajadores recolectando, de ellos 50.000 son mujeres, con salarios aún más bajos que los de los hombres. Según Fairfood, esta baja retribución salarias, ha colmado la paciencia de las cadenas de supermercados europeas que compran casi la totalidad del tomate alauita y que tienen en sus políticas de empresa el pago justo a trabajadores y han empezado a presionar a los productores locales para que paguen jornales más homologados con la UE.
Clanes familiares
Es el caso de la británica Sainsbury, la holandesa Ahold y la también británico Tesco. La mayoría de las exportaciones marroquíes de tomate van a parar a Francia, desde donde se reexpide al resto de Europa.
La producción está en manos de un reducido número de grandes empresas, como el Grupo Azura, Idilio, Agri-Souss y Delassus, algunas francomarroquíes y en grupos familiares.