El partido que marca el futuro
Se juega mucho hasta el utillero

Alfonso García, este miércoles camino de la sede.
Cuarenta millones en juego en noventa minutos. El Almería no depende de sí mismo para salvarse, pero confía en ganar y que sus rivales directos pinchen. Es difícil, son muchos condicionantes los que se tienen que dar. Pero el mensaje que quiere dejar Alfonso García es que Almería y el Almería no pueden irse a Segunda sin luchar. Los 40 ‘kilos’ que ingresaría el club por los derechos de televisión ayudaría a conformar una plantilla de mayores garantías e iniciar las obras de una Ciudad Deportiva que sigue siendo el gran debe del presidente rojiblanco.
Descenso
El Almería, si acaba bajando, será por sus propios méritos. En el Carrusel del pasado domingo en Sevilla, Alfonso lamentó “los fallos” que vienen condenando al equipo durante toda la temporada. La frase que más suena en los últimos meses de Liga tiene su historia: “El fútbol te coloca donde mereces”. Y si el Almería se va a Segunda habrá que rectificar y empezar prácticamente de cero un nuevo proyecto en la categoría de plata. Pero ‘Almería nunca se rinde’ y a eso se agarran club, vestuario y aficionados para el sábado.
Los jugadores
El club sale perdiendo en lo económico, y los futbolistas también. Cobrarían la mitad en Segunda División, y lo que es más importante, en su palmarés quedaría un descenso de categoría. Son muchos los que han llegado cedidos y tienen un destino para el próximo curso, pero un borrón en el currículum no es lo mejor para un profesional.
En la misma situación se encuentra Sergi Barjuan, que aceptó el reto de firmar para lograr la permanencia, y el sábado puede ser un héroe para los almerienses, o el hombre que fue valiente y confió en sus conocimientos para salvar la categoría.
La afición
Bajar no es solo un palo económico y deportivo para los que forman la familia del Almería, sino para sus seguidores. En 2011 se puso fin a cuatro años en la élite, pero fue a domicilio, en Getafe. Mañana se puede dar que miles de aficionados vivan en primera persona un descenso en el Mediterráneo. Habrá lágrimas de alegría o de tristeza en un graderío donde también animarán cientos de valencianistas a su equipo.
Ciudad
Almería saldría del mapa futbolístico. La repercusión, a nivel económico y turístico, descendería de forma considerable. Merece la pena afilar las uñas por última vez en la temporada. Hasta las 20:15 horas del sábado hay que soñar, que después habrá tiempo de pedir explicaciones para bien o para mal. El futuro está en juego.