entimiento general de desánimo el que reina en el corazón de la afición. Estamos hundidos en todos los frentes. En el burocrático con la sanción aplicada por al Federación de descontar tres puntos, aunque afortunadamente la LFP aun no lo ha hecho, tan desproporcionada como desacertada ha sido la gestión que ha dado lugar a ella. Pero el problema planteado por la pérdida de tres puntos se hubiera subsanado y pasado a dormir el sueño de los justos si el equipo hubiera solventado positivamente sus dos compromisos ante dos rivales directos como Deportivo y Elche.

La suma de cinco puntos más hubiera supuesto tener ahora 29 en el mejor de los casos y 26 en el peor, cifras más que positivas y que mantendrían al equipo fuera del descenso. La llegada de  Juan Ignacio Martínez dio la sensación de haber supuesto para el equipo encontrar un oasis de agua fresca después de atravesar un desierto inhóspito de malos resultados en la Liga. Pero el efecto JIM hace varias jornadas que ha desaparecido. El Almería ha vuelto a las andadas y ha mostrar, partido tras partido, las mismas carencias que ofrecía antes de la llegada del nuevo técnico.

El problema ahora está en saber si ese oasis al que parecía haber llegado el equipo es real o fue simplemente un espejismo. Las dudas quedarán completamente despejadas en las próximas jornadas, pero desde luego yo no soy para nada optimista, sino todo lo contrario. No entiendo como JIM, nada más aterrizar en el club, realizó un diagnóstico bastante acertado de los males que aquejaban al equipo.

Acertó con el tratamiento, y hubo reacción. Pero con el paso de los partidos la enfermedad ha vuelto a aparecer y ahora el técnico se muestra incapacitado tanto para diagnosticarla  como para atajarla. Roto en el centro del campo, con jugadores con escaso poder físico por imperativos de la edad, sin un pivote defensivo específico, el conjunto almeriense es fácil pacto de las llamas de los volantes rivales. Una partido si y otro también los jugadores de segunda linea de los equipos rivales matan a Julián porque llegan a sus inmediaciones como Pedro por su casa.
Y aparecen en las crónicas como los más destacados. JIM tampoco inspira ya a Hemed que se ha vuelto a pelear con el gol. Una pena.