Francisco apostó ante el Barcelona por un once bastante diferente al que perdió ante el Levante en la jornada precedente. El primer cambio afectó al eje de la defensa del Almería con la presencia de Fran Vélez ocupando la plaza de Mauro Dos Santos en una apuesta clara del técnico por un central de más velocidad. Acertó porque Vélez, una vez más, estuvo casi insuperable.
Quiso tener superioridad en el centro del campo colocando a cuatro efectivos contra tres del contrario. Con las lineas muy juntas y una presión intensa y muy bien coordinada el equipo almeriense buscó sumar ante el Barcelona cerrando a cal y canto los caminos hacia su meta. En la línea de volantes no sólo apareció con tres efectivos, algo que ya había hecho el técnico local en varios partidos, sino que la reforzó con la presencia de Soriano.

El capitán Fernando Soriano estuvo sencillamente genial, superando a cuantos contrarios quisieron parar su torrente de juego y asistiendo con una suprema calidad, velocidad y claridad de ideas a sus compañeros de ataque.
En esta línea Francisco apostó también por la velocidad. La de Thievy frente a la de los dos centrales contrarios, Mascherano y Bartra, y la de Jonathan ante dos laterales en el limbo. Precisamente en una de esas prolongaciones de Soriano llegó la gran galopada de Thievy y el estreno goleador del congoleño en Almería. Los cambios, que mejoraron en gran medida la cara del rival, empeoraron la del Almería. Soriano, fatigado, dejaba su puesto a Hemed, cuando el marcador seguía sonriendo a los rojiblancos.
La salida de Soriano, y la entrada del visitante Xavi Hernández, fueron el principio del fin de un hermoso sueño que debe fortalecer al equipo rojiblanco de cara a sus próximos compromisos.