Lunes de pasión para el Almería. Pasado todo el calor de Vallecas con una afición aplaudiendo a un equipo que tuvo que salir a saludar ha llegado el tiempo de tomar decisiones. Alfonso García tiene que hacer algo para arrancar de nuevo a su equipo. Francisco tiene muchas vidas y creo que le queda margen presidencial pero no tanto el equipo.
Bajar al césped o entrar en el vestuario no arreglará la situación. El fútbol es un juego y como tal no necesita de tanta ciencia y tanto verbo. Si Alfonso habla con alguien que sea con Francisco para lo bueno o para lo malo.
Los futbolistas cuando les hablan entrenadores y presidentes están deseando de que acaben para irse a sus casas o a entrenar. Lo que hacía Santiago Bernabéu con aquellas Santiaguinas era algo de otra época: otros tiempos.
He visto correr más a Blanes, Meca o Pepe Guijarro más que a algunos futbolistas. El jugador cuando se ducha ya piensa en el próximo partido. Este es el deporte de la semana y si hace dos les dije que el equipo se jugaba: dinero, prestigio y contratos... ustedes me dirán que hicieron ante Sevilla y Rayo.
Alfonso tienen la sarten en la mano y el futuro de la Primera. Puede acabar con su apuesta técnica y jugársela en 10 jornadas con un especialista. Esto nada le garantiza salvo las miradas al palco si se queda con los brazos cruzados.
Cuando uno apuesta por un entrenador el primero de los mandamientos es dejarlo entrenar y tomar decisiones. Esto está claro señores pero cuando el club hace un esfuerzo firmando futbolistas tambien debe de quedar muy claro que hay que ponerlos, probarlos y que vea el presidente y los aficionado que fichó el Almería.
Algo hay que hacer porque quedan diez jornadas para ser de Primera o bajar a Segunda División. Esto ya empieza a ser de todos y no de Alfonso y Francisco.
Y existe cierto margen ya que los implicados en el descenso no están a años luz del Almería.