La vida en año ha experimentado un cambio radical a mejor para Javi Gracia. No tuvo suerte el técnico navarro en su periplo por los banquillos de Grecia. El primer equipo que lo contrató tras su cese en el Villarreal B fue el Olympiakos de Volou, de la máxima categoría del fútbol griego. Este equipo fue declarado culpable en el escándalo de apuestas ilegales y obligado a jugar en Tercera. A mediados del mes de noviembre fue contratado por el Kerkyra CF, también de la máxima categoría al que dirigió en 22 encuentros con 8 victorias, 4 empates y 10 derrotas. Fue cesado a falta de cuatro jornadas para el final con el equipo en zona de descenso a tres puntos de la salvación.
El pasado verano Gracia se comprometía con el Almería aceptando el reto de llevar al equipo rojiblanco a Primera. Tras una temporada complicada lograba el objetivo gracias a que fue capaz de enderezar el rumbo defensivo de su equipo en la recta final de la competición. En sólo un año pasó del cese a la gloria.
El navarro ha mantenido al equipo en zona de Play Off, como mínimo, durante toda la temporada. Compitiendo con Elche en la primera vuelta, y con el Villarreal en la segunda, el Almería siempre ha estado entre los mejores y aunque ha sido por el trayecto más largo, ha logrado ascender a Primera.
Su momento más complicado llegó con la derrota de Murcia. Las sensaciones que transmitía el grupo no eran las mejores para soñar con subir y todo cambió en menos de una semana. Los jugadores hicieron piña y encadenaron una serie de victorias que les permitió alcanzar al Villarreal y jugársela a una carta en El Madrigal.
Hoy está meditando sobre su futuro. El presidente le ha propuesto que siga y las negociaciones están en marcha. El reto de debutar en Primera es seductor, pero no a cualquier precio, sobe todo en el aspecto deportivo y económico. Sus dos antecesores, Maguregui y Emery, continuaron tras el ascenso en el banquillo rojiblanco.