Tras el buen fútbol y los goles, los amigos y compañeros de, Félix Crespo, se volvieron a reunir en la mesa. Con los familiares presentes hubo sonrisas y lágrimas. La sonrisa de Félix, esos momentos de alegría brotaban en cada recuerdo y se apagaba la luz cuando echaban la vista atrás no más lejos de un año.
Su padre, parece el más fuerte, y no es así. Sus hermanos contenían emociones y recuerdos mientras atendían a unos amigos solícitos de poder alcanzar la emoción de una familia que no logra recuperarse del duro golpe del adiós. No hay día sin recuerdo a Félix. Nada rescata a una madre de la pérdida de un hijo, pero los amigos querían demostrar que Félix vive en sus corazones y lo lograron con creces.
Hubo entrega de premios, placas, recuerdos, una cena, una sobremesa, buenos momentos... pero faltaba el principal, aquel que lo llenaba todo con su presencia. Ese futbolista sencillo y feliz que no daba problemas: ese trabajador ejemplar.
Almería vuelve a recordarle y sus amigos a llamarle allá donde esté porque, a Félix Crespo, todos le echan de menos.