Dado que los caminos del arbitraje patrio son absolutamente misteriosos y se rigen, en muchos casos, por normas fuera de toda lógica, no sería extraño ver al tinerfeño Prieto Iglesias en Primera la próxima temporada después de su lamentable actuación en el partido de ida disputado por Las Palmas y Almería en la noche del pasado miércoles. Cinco fueron las más importantes decisiones del trencilla isleño que perjudicaron gravemente al equipo almeriense, además de su diferencia de criterio a la hora de señalar las infracciones de uno y otro conjunto.
La primera de ellas, en el minuto 34 cuando se ‘hizo el sueco’ ante una agresión de Deivid a Iago Falqué. El error más grave fue no expulsar a Pignol cuando zancadilleó a Aleix Vidal cuando éste iba sólo hacia la meta de Barbosa en ocasión manifiesta de gol. Los jugadores locales consiguieron intimidarle y sólo amonestó al lateral francés. En el 56 ignoró una mano de Pignol dentro del área y por la misma infracción amonestó a Corona. El octavo córner, del que salió el tanto del empate no existió ya que el último en tocar el balón fue Javi Guerrero con la espalda. En el minuto 97 el colegiado isleño le hizo un último favor a sus colegas canarios mirando para otro lado cuando Jonathan fue aparatosamente derribado en el área. En definitiva una actuación calamitosa, porque todos los errores perjudicaron al Almería, de un destemplado Prieto Iglesias al que le pudo el amor a la tierra.