Marcelino García y Javi Gracia planearon el partido para ganar, pero por caminos completamente diferentes. El técnico del equipo local, consciente de que el empate le valía, jugó en su casa como si fuera el visitante. Se planteó como primera y fundamental premisa anular a los jugadores más desequilibrantes del Almería: Charles y Soriano y sus sistema de ayudas defensivas fue tan eficaz que ni uno ni el otro tuvieron la opción de rematar con peligro en los noventa minutos. A Charles sólo le dieron una oportunidad en el primer periodo que el brasileño pifió dando una patada al aire. A partir de ahí, incluso con juego directo, esperar un error del rival o un acierto de sus puntas, sobre todo Pereira, que era el jugador que llegaba desde la segunda línea para concretar su pase a Primera; también ésto le salió bien porque lanzó dos disparos a puerta, uno en cada periodo y en el segundo hizo diana.
Javi Gracia planteó el encuentro como si estuviera en casa, adelantó la defensa, aún a riesgo de dejar demasiado espacio a su espalda, presionó con fuerza y coordinación la salida de balón del rival. llevó el peso del partido y fue mejor que su rival en antes del gol.
También a Gracia, hasta ese momento, las cosas le salieron bien porque tuvo las mejores ocasiones, incluso estrelló un balón en el palo por medio de Aleix, su mejor atacante, y vitó las acciones de peligro del rival.
Tras el gol el fútbol del Almería perdió frescura, precisión y velocidad, se hizo mucho más previsible y el meta local apenas si fue inquietado. en este periodo Jonathan fue el más incisivo de los almerienses.  Partido para la historia del que sólo cabe aprender para Las Palmas.
Además de la pérdida del primer tren a Primera División que pasaba por Almería, el partido jugado en El Madrigal ante el Villarreal ha traído daños colaterales ya que el centrocampista Rubén Suárez se perderá la ida por acumulación de amonestaciones. Para el resto de jugadores quedarán anuladas las tarjetas que tenían acumuladas para la promoción.