España dirá adiós a una época de dominio en el fútbol mundial en un triste partido ante Australia en Curitiba, donde algunas de sus leyendas jugarán probablemente su último partido con la selección. Nadie esperaba que España cayera en la fase de grupos del Mundial de Brasil y mucho menos que fuera, junto a Australia, la primera selección en quedar eliminada del torneo.

Defender la estrella Los campeones del mundo llegaron al torneo como aspirantes a renovar la corona conseguida cuatro años atrás en Sudáfrica, donde vivieron su punto más alto en la serie de éxitos que les llevó a encadenar dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012. El encuentro es un estorbo para los españoles, más centrados en buscar respuestas al fracaso y hablar del futuro que en preparar su despedida del Mundial con dignidad.
Al menos, querrán hacerlo con honor e intentarán marcharse de Brasil con una victoria y no como últimos de grupo. Eso sólo añadiría más dolor a días amargos para el todavía campeón. El peso de la estrella fue muy grande para La Roja.

Adiós de leyenda

El partido también servirá para despedir previsiblemente a una de las grandes leyendas del fútbol contemporáneo, Xavi Hernández. Abanderado del estilo de juego combinativo que hizo campeón a España, se da por segura su renuncia a la selección tras el Mundial. Xavi jugará su partido 134 con la camiseta española en un equipo lleno de suplentes, ya que el seleccionador, Vicente del Bosque, quiere dar minutos a todos los futbolistas que viajaron a Brasil.
Otro protagonista de las últimas gestas españolas, David Villa también estará. El delantero, que lleva 96 partidos internacionales y ya anunció su adiós al conjunto nacional, buscará en su último encuentro aumentar la cifra de 58 goles que lleva con España, récord histórico.  Según lo ensayado esta semana por Del Bosque, Pepe Reina será el arquero y la duda está en ver la composición de la defensa, pues Gerard Piqué tiene una leve lesión muscular. Con Raúl Albiol como titular seguro en el centro de la zaga.
Ni la invitación del presidente de la Federación, Ángel María Villar, para hacer grupo mitiga el mal ambiente que reina en la concentración de La Roja. Estamos viviendo algo inesperado para todos y lo mejor es que haya un final decente y no salpique nada más desde el corazón de una España que sigue latiendo pero sin aquellas alegrías que hoy despiden sus profesionales hundidos y heridos.

Final en Curitiba

España tendrá delante justo al tipo de rival que más le incomoda, un equipo que se repliega bien y no rechaza el juego físico, más bien al contrario. Y sus alas suelen salir como balas cada vez que roban un balón.
Curitiba es el lugar donde España basó su cuartel general en Brasil. Allí aterrizó el primer día de su aventura mundialista y allí será donde la termine. El nombre de la ciudad brasileña quedará para siempre ligado al fin de uno de los equipos más brillantes de la historia. Gane o pierda, será un día amargo para el fútbol español.
Vicente del Bosque tiene tarea para levantar a unos profesionales que se despiden sin honor de un campeonato que no han sabido defender. Adiós España querida y hola a las ilusiones que deben volver al terreno de juego y a una grada que busca respuestas.