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Cuarta concentración de la Liga Bebé de fútbol sala

La RFAF en Almería apuesta por la formación

El Club Natación Almería y Pavía posan tras los partidos.

El Club Natación Almería y Pavía posan tras los partidos.RFAF

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Un domingo más, la pista del barrio San Luis, en la capital, se llenó de color con la alegría de los más pequeños disfrutando en la cuarta concentración Bebé de Fútbol Sala.

En esta ocasión, familiares y amigos, fieles a su cita con nuestra liga, presenciaron los siguientes encuentros:

10:00 h.: C.D. U.D Loma de Acosta -vs- C.D. El Ejido Futsal

10:00 h.: C.D. Sporting F.S. Almería -vs- C.D. Huércal

11:00 h.: Club Natación Almería -vs- U.D.C. Pavía

11:00 h.: C.D. Vícar Vistasol -vs- C.D. Huércal B

12:00 h.: C.D. Adra Milo Gadés Abdera -vs- C.D. Federico García Lorca

12:00 h.: C.D. Oriente -vs- La Mojonera C.F.

Como ya es tradición, los equipos participantes recibieron sus desayunos saludables a base de frutas y verduras frescas gracias a nuestro patrocinador Caparrós Nature.

Cabe destacar en esta cuarta concentración, la deportividad mostrada por uno de los jugadores del C.D. Huércal, Dylan Gil, que fue premiado con la tarjeta verde. Dicha tarjeta es un reconocimiento por una acción reseñable de juego limpio que los árbitros pueden mostrar a cualquiera de los participantes en un partido. Posteriormente, los Comités de Competición de la RFAF, pueden ratificar o revocar las mismas. Nuestro protagonista, en el transcurso del primer tiempo, tras un lance de juego en el que el balón sale por la línea de fondo y se pita saque de esquina a favor del equipo visitante, el C.D. Huércal, se dirigió en voz alta a su entrenador y al árbitro señalando que él había participado en la jugada y había sido el último en tocar el balón por lo que debía sacar el portero del equipo contrario. No fue este el único gesto de fair play que mostró Dylan a lo largo de la jornada. En otro momento del partido, uno de los jugadores del equipo contrario se cayó y conduciendo él el balón, lo abandonó para interesarse y ayudar a su compañero y rival.

Gestos como estos demuestran que los pequeños están adquiriendo, gracias a nuestras concentraciones en las que aprenden disfrutando, valores positivos que podrán ir incorporando posteriormente a su catálogo de virtudes morales que ayudarán a forjar sus personalidades de cara a la vida adulta.

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