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Al Almería le quitan el pan en el descuento

Morcillo marcó el 2-2 en el minuto 90 y dos más tarde Pedro el 3-2 definitivo

Carlos Miralles
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Una derrota que llega al corazón. El Almería iba camino de firmar un partido heroico en Los Cármenes, donde perdía 2-0 y logró igualarlo en el último instante. Toma fuerza la frase de “un encuentro no se acaba hasta que pita el árbitro”. Pues le vino al dedo al Granada. De la fiesta al desánimo en cuestión de tres minutos. Aunque hay cosas muy positivas a rescatar del equipo, los puntos no están en el casillero y eso al final es lo que cuenta.


Salió sin miedo el Almería, aguantando en los primeros minutos al Granada, al que le costaba romper las líneas rojiblancas. La única forma de llegar a la meta de René era por la banda de Marco Motta, que sufría mucho para tapar las internadas de Machís. En un error al sacar la pelota, el ex del Huesca centró al área para que Víctor Díaz anotara el 1-0 al filo del descanso. Los de Lucas Alcaraz generaron peligro por la banda de Fidel, pero sin hacer trabajar a Javi Varas.


El Granada se sentía fuerte y después del descanso marcaba Machís un golazo por la escuadra ante el que nada pudo hacer René, Lejos de bajar la persiana y pensar en otro partido, el Almería se fue hacia adelante en busca de lo que parecía imposible. Falta directa de Rubén Alcaraz que el catalán transforma en el 2-1 mediado el segundo tiempo. Los aficionados rojiblancos y los propios jugadores empezaban a creer en el empate. 
Rozando el tiempo de descuento, falta que bota Alcaraz y Morcillo, en el segundo palo empuja con el alma a gol. Éxtasis en el césped y en el quesito de los seguidores almerienses, que se daban más que por satisfechos con el 2-2 en Los Cármenes.


Entonces el sueño se convirtió en una tremenda pesadilla. Fata en la medular sin aparente peligro, balón al área que la defensa no acierta a despejar y Pedro, en el segundo palo, acierta y manda la pelota a la red.
Minuto 48 maldito y punto que se escapaba de la manera más cruel. Fiesta nazarí y decepción almeriense en un abrir y cerrar de ojos. Para muchos es la belleza de fútbol, y para otros la suerte.


Los entrenadores, en este caso Lucas Alcaraz, analizan los partidos más allá del resultado, aunque puede que el choque afecte más en el plano anímico que en el deportivo. El déficit de puntos que arrastra el equipo es tan grande que puede volver a la zona de descenso dependiendo de otros marcadores. La tristeza se apodera del entorno rojiblanco, si bien mañana sale el sol y todo empezará de nuevo. Hay motivos para creer en el Almería, pero hay que morder hasta el final si tienes un puntazo en la talega.


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