Una vez más nos encontramos ante uno de esos partidos donde se juega la cabeza el entrenador del Almería por mucha mesura que le quiera poner el director deportivo al asunto. Seamos claros. La grada ya ha pitado al equipo y ahora le toca al palco: todo inventado.

No es la primera ni la última vez que esto sucede, pero veo al presidente calmo y confiado en el modelo de Corona ya que está consensuado, y en él, se nota la mano del propio Alfonso García.

Ramis sabe que llegó al Almería porque lo de Soriano no funcionaba y conociendo el paño no ha sabido instalar al equipo en una zona tranquila, víctima de unos fichajes top que llegaron para entrar en talleres y lejos de un buen estado de forma.

Yo veo brotes verdes en el equipo y en la medida que se recuperen ‘los buenos’ el Almería irá a más, pero lo que me da miedo es que no salimos de los momentos puntuales y de los pequeños detalles y del 95-5 que dice el entrenador.

Si gana el Cádiz en Almería habrá que seguir en la pelea y tratar de ganar en Albacete. Con todo el dolor y todo el clamor del mundo pero con la cabeza fría.

Si los jugadores dicen que Ramis está fuerte y el entrenador se ve capacitado, que la decisión la tome Miguel Corona y frene en seco al presidente si se calienta demasiado.

Los malos resultados generan MAL ROLLO en todos los clubes y solo aquellos que los saben gestionar (los malos rollos) salen adelante. Creo en la decisión de Corona y espero que por una vez tomen la decisión los que más conocen el asunto.

El Almería no está bien. No tiene gol y defiende mal. Esos momentos puntuales de los que siempre estamos hablando: pero no pasemos de una situación delicada a otra extrema.

Si Ramis se ve capacitado y Miguel Corona confía en él que le dejen en el cargo por mucho que pite la grada y se caliente el presidente.

Alfonso debe delegar las decisiones importantes en Miguel Corona que para eso le paga.

Ya no me asusta ni la jornada 13.