La vuelta a la 'nueva' normalidad en la Diputación de Almería
Crónica del día después de la llegada de la UCO a Almería

La Diputación de Almería, el día después del 'tsunami'.
Enrrarecido regreso a la normalidad en la Diputación Provincial de Almería. Es miércoles, pero no es un miércoles más. Aparentemente todo es como siempre y al mismo tiempo nada es igual. Han pasado 24 horas desde que fueran detenidos el presidente y el vicepresidente. Javier Aureliano García y Fernando Giménez van a dormir dos noches en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil, pero la vida tiene que seguir: los funcionarios de la institución provincial regresan a sus puestos de trabajo. Fuera, solo se habla de una cosa.
Mientras las cámaras de Televisión Española y Telecinco enfocan al mismo callejón por el que el martes entraban y salían los agentes de la UCO y los detenidos, los bares de los alrededores sirven tostadas sin disimular el shock. Aunque haya ventajistas que griten que se veía venir, lo cierto es que nadie se lo esperaba.
En el Habibi ponen churros mientras hablan de adjudicaciones. En Capri, las palmeras de chocolate se mezclan con un debate sobre comisiones. En el Chevalier, un grupo comenta aún cosas de Mazón. La política ha tomado la calle Navarro Rodrigo y sus alrededores y los curiosos no pueden evitar pararse para presenciar la declaración del grupo socialista a los medios de comunicación, anunciando que han solicitado un pleno extraordinario. Cuesta recordar cuándo fue la última vez que la actualidad provincial había levantado tanto interés. Al menos tres diputados del Partido Popular se dejan ver por el edificio, que sigue en pie a pesar del terremoto del día anterior. Y la sensación es inevitable: no es un día más en la Diputación de una provincia que no puede dejar de funcionar, porque la vida sigue.
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