Un hallazgo en el Puerto de Algeciras podría ser clave para resolver la muerte de Fátima F., la mujer de 35 años asesinada a puñaladas el pasado 2 de octubre en La Mojonera. Aparcado en la zona de dársenas de pasajeros del recinto portuario gaditano, los agentes localizaron un vehículo que vinculan con el presunto agresor de la víctima. En el interior del coche, según explica el abogado de la acusación particular, Óscar Tripiana, se hallaron restos biológicos y objetos manchados con sangre. Entre ellos, un cuchillo.

Asimismo, las cámaras de seguridad del puerto captaron al presunto sospechoso en solitario dentro del recinto portuario poco antes de su supuesta huida. Todo apunta a que logró salir de la provincia de Almería a las pocas horas del homicidio y llegar hasta Algeciras, donde habría embarcado en un ferry con destino a Tánger (Marruecos).

A raíz de estos indicios, y especialmente tras la verificación de las imágenes de las cámaras de seguridad, la jueza que instruye el caso en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de El Ejido ha dictado una orden internacional de detención contra el hombre que se encuentra en paradero extranjero.

Durante la investigación, el Equipo de Homicidios de la Guardia Civil analizó las pruebas recogidas en el lugar del crimen, así como el contenido de los dispositivos y efectos personales intervenidos. Fruto de esas gestiones, los agentes identificaron a un varón de 53 años, también de nacionalidad marroquí, como presunto autor del asesinato.

Cinco puñaladas marcaron el ataque a Fátima, y una de ellas resultó letal

Los hechos ocurrieron el pasado 2 de octubre en la calle Lavadero de La Mojonera. Una mujer de 35 años, de origen marroquí, fue atacada con varias puñaladas que le provocaron la muerte casi de inmediato.

Las primeras actuaciones policiales permitieron descartar el robo como móvil del crimen, ya que junto al cuerpo se encontraron sus pertenencias personales y documentación.

Hasta el lugar se desplazaron rápidamente efectivos sanitarios, la Policía Local y agentes de la Guardia Civil, que desplegaron un operativo para asegurar la zona y recabar pruebas.

La intervención fue confirmada por el servicio de emergencias 112 Andalucía. Según la autopsia, a la que ha tenido acceso LA VOZ de Almería, la víctima sufrió cinco heridas de arma blanca. Una de ellas, recibida en la espalda, resultó mortal: el cuchillo fracturó varias costillas, rajó el hígado y acabó alcanzando el corazón, provocando su muerte casi al instante.

Desde Valladolid a buscar trabajo

Fátima F., de 35 años y nacida en Marruecos, llegó a La Mojonera apenas unos días antes del ataque que acabaría con su vida, según fuentes cercanas a su familia. Había llegado a España hace entre dos y cuatro años, instalándose en Valladolid, donde consiguió trabajo. Tras esos años en tierras castellanas, su intención era trasladarse de forma temporal a la provincia de Almería para optar a un nuevo empleo.

Según declaró en sede judicial un compañero de trabajo que Fátima tenía en Valladolid y que actuó como intermediario entre ella y la oferta laboral, la mujer envió su currículum y todo parecía indicar que pronto comenzaría esa nueva etapa. Pero un acto atroz truncó sus planes. Los planes de trabajo que estaba a punto de iniciar se detuvieron de golpe.

Fátima viajó sola a España, sin más familia conocida que un hermano que reside en el norte del país. Su asesinato ha abierto interrogantes sobre un posible crimen machista, ya que Fátima no constaba en el sistema VioGén.

Según el abogado de la acusación particular, Óscar Tripiana, las investigaciones policiales también buscan determinar si existía algún vínculo entre la víctima y el agresor. “Puede que hubiera algún tipo de relación entre Fátima y su agresor, pero de muy poco tiempo —explica Tripiana—. Su hermano desconocía que ella tuviera pareja, aunque, según se recogen en las diligencias , consultadas por LA VOZ, se situaría a la mujer residiendo de forma temporal en el domicilio del principal sospechoso.

"Sentimos vergüenza"

Las investigaciones sobre el crimen y una denuncia por desaparición llevaron a los agentes hasta el domicilio del presunto agresor, donde también se identificó a su círculo familiar. En este sentido, el pasado jueves prestó declaración ante la autoridad judicial el hermano del presunto sospechoso evadido. Según fuentes solventes, confesó sentirse “atónito y lleno de vergüenza” por el acto que presuntamente habría cometido su hermano, al igual que el resto de su familia.

Explicó que fue él quien denunció la desaparición de su hermano, al percatarse de que no regresaba a casa ni daba señales de vida. Asimismo, aseguró no saber nada de los hechos ocurridos en la calle Lavadero y expresó su intención de colaborar con la justicia para contribuir a esclarecer el crimen.