Agresiones, puñetazos, peleas colectivas, agresiones y, ahora, también mordiscos: un nuevo episodio de violencia ha tenido lugar este miércoles en el Centro Penitenciario de El Acebuche.  El suceso se suma así a una serie de agresiones que han generado alarma en el ámbito de los funcionarios de prisiones y que han trascendido a la opinión pública.

Todo ha ocurrido durante la jornada laboral de uno de los funcionarios, cuando un interno ha agredido al trabajador en el módulo 11 del centro al propinarle un mordisco en el muslo mientras el agente cumplía sus funciones. El empleado ha recibido atención médica inicial en el propio centro penitenciario, para ser derivado posteriormente al servicio de prevención, debido a la gravedad del incidente.

Indignación entre los trabajadores

El sindicato de trabajadores y trabajadoras penitenciarios "Tu abandono me pude matar" (TAMPM), mayoritario en el Centro Penitenciario de Almería, ha reaccionado con firmeza ante este nuevo episodio. En un comunicado, TAMPM ha expresado su repulsa ante este nuevo suceso violento, para después desear una pronta recuperación a su compañero. 

Asimismo, han vuelto a insistir al Gobierno que es urgente "considerar la presencia de agentes de la autoridad", así como abrir "el debate para su consideración como profesión de riesgo": "Desde la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias se ha de incidir en la necesidad de una continua formación de los trabajadores, con el objetivo de que estos estén más preparados para lidiar con internos de especial peligrosidad o manifiesta inadaptación a las normas regimentales", han denunciado. "Con ello se minimizarían los riesgos de este servicio público esencial" que se desarrolla en prisiones y cárceles.

Un contexto de peligrosidad continua

La nueva agresión se produce en un contexto marcado por incidentes continuos de violencia contra los funcionarios de la misma institución. El pasado 25 de diciembre un recluso pegó un puñetazo a otro trabajador, hecho que generó nuevamente la indignación de los agentes y la comunidad. Aquel episodio, difundido ampliamente en medios locales, evidenció la escalada de violencia en el interior del establecimiento penitenciario, lo que ha llevado a las autoridades y a los representantes sindicales a pedir medidas urgentes para proteger la integridad física y psíquica de los trabajadores.

Además de aquel, que cerró el año evidenciando "la inseguridad reinante en la prisión", el centro ha sido objeto de otros episodios conflictivos. Hace poco más de una semana se produjo un intento de fuga, generando una situación de alta tensión y riesgo en el recinto. Aunque las autoridades lograron controlar la tentativa y evitar que trascendiese, este hecho se suma a la sensación de inseguridad que padecen tanto los funcionarios como el resto del personal penitenciario.

Este ambiente ha reforzado las demandas del sindicato TAMPM, que insiste en la necesidad de contar con mayores recursos, formación especializada y protocolos de actuación más robustos para hacer frente a la violencia en el entorno carcelario. La actualización de protocolos y la incorporación de técnicas especializadas de desescalada de crisis son demandas recurrentes en un entorno donde la inestabilidad y el malestar pueden desembocar en incidentes de gravedad.

El portavoz de TAMPM ha pedido además a las autoridades una investigación exhaustiva que permita esclarecer las causas y, en su caso, adoptar medidas correctivas para prevenir nuevos incidentes.