El cortejo
El cortejo
Alguna vez comparé las campañas electorales con la taimada técnica logística de la conquista amorosa. Es una exageración pero quiero referirme solamente a la forma. El pretendiente utiliza sus artes no ya marciales sino psicológicas. Impera por tanto la media verdad. Por supuesto que no va a tirar piedras contra su propio tejado. Dirá que es talentoso, guapo, y que tiene un tío supermillonario en Puerto Rico. Del resto corramos un tupido velo.
Ahora bien, sabemos que la mayoría de las separaciones se debe a no decir la verdad completa. La política está llena de esta clase de sinuosidades informativas. Ayer decía Javier Arenas que su partido no mete la mano. Se refería a que no tienen grandes casos de corrupción en Andalucía. A mi juicio se debe a que no han gobernado en treinta años, porque si hacemos un paralelismo con las autonomías, la corrupción de alto "standing" no cesa. También dijo Javier Arenas que su preocupación esencial es el paro. Hombre, si miramos para atrás y repasamos la historia del movimiento obrero en Andalucía no parece que la derecha se haya herniado dando trabajo. Esta reforma laboral que flexibiliza el despido y lo abarata esconde una media verdad que puede terminar -Dios no lo quiera- en fracaso. El gran argumento del PP de los cinco millones de parados también es otra media verdad. Y no solo porque todavía no hemos llegado a esa cifra después de utilizarla tres años, sino porque no todos los desempleados son culpa de Zapatero. Los socialistas se vieron entre la espada de tener que llevar adelante su programa social y la pared de la crisis que tenia orígenes financieros. Hasta el momento, el Gobierno del PP no ha hecho más que recortes y promesas.