Está siendo muy comentada la pérdida de la memoria de ese candidato republicano USA que en trance de tener que enumerar los tres temas de su discurso no se acordó del tercero haciendo reir a la concurrencia y desde luego dando pruebas manifiestas de su incapacidad como representante de la ciudadanía. El suceso ha tenido su versión española en la persona de un candidato socialista llamado Oscar López, que al querer nombrar los tres miembros esenciales para la salida de la crisis llegó a tartamudear el empleo, las pensiones… el resto se le fue el santo al cielo. Digo yo si este suceso no será el paradigma de la campaña electoral. Dice Arenas que Griñán no dice más que tonterías pero esta diarrea generalizada cunde también en más sitios. Llevamos ya varios años de crisis y mira que se han dicho cosas disparatadas sobre el tema. Ni las reformas, ni las sabias profecías de los economistas, ni los discursos de los políticos, ni el G-2O, ni las infinitas sesiones de los tertulianos radiofónicos, ni las revistas especializadas, ni los simposios internacionales han dado a lo que parece con la tecla. Dicen que la culpa la tienen los mercados pero estos se comportan como abstracciones invisibles tan difíciles de cazar como una musaraña por el rabo. En este plan cada partido anuncia que el país se arregla de una manera diferente. Por ejemplo, el PP se aferró a la certeza de que todo el mal estaba en Zapatero, una vez que éste se fuera, la economía de este país sería un camino de rosas. Si escuchamos a la Cospedal, que es la verdadera intérprete del arcano Rajoy, ya parece que las cosas pueden ir por otro lado y hasta puede haber contestación social si las soluciones no se dan prisa. A las puertas del rescate y del fracaso europeo con o sin tecnócratas, uno lo que piensa es que la campaña ha sido una inmensa y seductora mentira. Multi passi extra viam.