Anuncia el Ayuntamiento de la capital, con el senador don Luis Rogelio al frente, que la Escuela Municipal de Música pasará a ser gestionada por una empresa privada. En principio no tengo nada en contra. Una empresa privada gestiona el Hospital del Poniente y el del Toyo, y que se sepa nadie se ha rasgado hasta el momento las vestiduras, ni las políticas ni las sindicales. Lo que habría que preguntar es por qué los ayuntamientos, sin competencia ninguna, se echaron sobre los hombros escuelas, guarderías y otros servicios que no le son competentes, dejando muchos de los suyos olvidados en los cajones municipales. Si las responsabilidades no son municipales, ¿que hacen los ayuntamientos en esos berengenales? ¿Enchufar a los familiares y amigos? ¿Crear puestos de trabajo para los compañeros? Es lo que se comenta. Luis Rogelio puede llorar con un ojo, su corporación tiene dinero, pero no debe olvidar que el mismo viene de la venta de unos terrenos, los del Toyo, y que a la vaca se le puede acabar la leche en siete años, según se asegura. Si la Junta es la responsable de la educación en nuestra comunidad, no dupliquemos servicios que lo único que se consigue con ello es encarecerlos para los ciudadanos que pagan impuestos. Dice el señor concejal que se va a controlar el precio de la matrícula; el chocolate del loro, don Carlos. Al final, como todo servicio municipal que se privatiza, ni contento el que lo recibe, ni satisfecho el que lo gestiona y pagando el ciudadano. Don Luis, no me sea como aquella ministra que decía que el dinero público no tiene dueño. Me temo que: “tos por igual”.