El solar de Correos y la necesidad de crear un refugio climático
El Ayuntamiento tiene la oportunidad de cambiar el asfalto por una zona verde

El antiguo edificio de Correos cuando estaba siendo derribado (a la izquierda). El gran solar del que dispone la ciudad en un entorno rodeado de edificios (en la foto de abajo).
Si la coherencia fuera el denominador común en la vida política, si el sentido común estuviera presente en la base de todas las decisiones y no existieran los intereses económicos ni los caprichos partidistas a la hora de buscar el bien colectivo, no habría ninguna duda a la hora de encontrarle una salida al solar donde se levantaba el antiguo edificio de Correos, recientemente demolido. La decisión salta a la vista. No hace falta ser ingeniero, ni arquitecto, ni sabio para entender que ese gran espacio que ha rescatado la ciudad de las ruinas de lo que fue Correos debe de utilizarse para mejorar el entorno urbano y hacerlo en base a una realidad, adaptándose a esta nueva época climática que nos está tocando vivir.
El solar se encuentra ubicado en pleno centro de Almería, conectado hacia el lado de levante con el Paseo, en medio de una colmena de edificios que deshumanizan el entorno. Esta manzana es además una de las zonas de ocio principales, especialmente de noche, lo que acentúa la necesidad de buscarle un contrapunto utilizando la parcela no como aparcamiento de coches o para un nuevo edificio que vendría a saturar un poco más la ya de por sí saturada vida del centro. El solar de Correos exige un giro brusco, una decisión coherente que pase por la necesidad de crear un refugio climático. Tenemos una gran oportunidad de avanzar en la ineludible tarea de tratar de despavimentar en la medida que sea posible el centro de la ciudad con el objetivo de combatir mejor el calor y hacerlo más habitable ahora que padecemos seis meses de temperaturas que rozan lo insoportable.
En otras ciudades ya se están poniendo en marcha proyectos ambiciosos que pretenden usar solares vacíos para llenarlos de vegetación y crear los llamados ‘tejados verdes’, tan necesarios a la hora de bajar varios grados la temperatura. Es verdad que el centro de Almería tiene un grave problema con el asunto de los aparcamientos, que cada vez es más complicado acercarse al centro con un coche y que el solar de Correos podría servir para paliar levemente este problema. La solución podría estar en una medida intermedia, es decir, habilitar un sótano como parking público y establecer en la superficie del solar esa zona verde o refugio climático que cambiaría diametralmente el aspecto y el ambiente de este rincón de la ciudad que en unos pocos meses está llamado a revalorizarse cuando estén terminadas las obras de peatonalización del Paseo.
Crear un espacio de vegetación en el corazón del centro de Almería es una oportunidad irrepetible, pero también una obra arriesgada, teniendo en cuenta lo difícil que resulta en esta bendita ciudad mantener los jardines en buen estado sin que acaben siendo un lugar de referencia para los botellones nocturnos o un váter de mascotas, tal y como está ocurriendo en otros parques. El solar de Correos debería de concebirse exclusivamente como un refugio climático, es decir, como un santuario para el cuerpo y para el alma, como un lugar de respiro donde los almerienses podamos evadirnos del agobio del asfalto y del cemento que nos rodean. Desde el Ayuntamiento se han barajado ideas más prácticas como la de levantar un nuevo edificio y convertirlo en un centro público y en aparcamientos, lo que supondría un paso atrás importante en esa renovación del espacio urbano que se ha iniciado con las obras de peatonalización del Paseo. El solar de Correos debe de ser tratado, no como un rincón más del centro de Almería, sino como una prolongación o una apéndice de ese nuevo Paseo.