La Inteligencia Artificial: entre la herramienta y el atajo fácil
El uso excesivo de asistentes digitales modifica los procesos de aprendizaje entre los jóvenes almerienses

Inteligencia Artificial.
Hace unos años, si tenías una duda, buscabas en Google. Antes, abrías una enciclopedia. Hoy, directamente preguntas a una Inteligencia Artificial (IA). Ni siquiera te planteas si sabes la respuesta: solo quieres que alguien —o algo— te la dé. Usamos la IA para casi todo. Pero, ¿estamos ganando tiempo o perdiendo pensamiento?
La Inteligencia Artificial se ha consolidado como una herramienta habitual en el día a día de muchos jóvenes. Lo que genera mayor debate no es su presencia, sino el modo en que está transformando los procesos de aprendizaje. Cada vez son más jóvenes los que recurren a sistemas como Chat GPT o Gemini para resolver dudas, desplazando la reflexión propia y el esfuerzo intelectual.
Entrevistas
“El médico no será sustituido por la IA, pero sí por alguien que trabaje con ella”
Karolina Lewandowska
Creatividad en pausa
El uso de la IA se ha normalizado en institutos, universidades y entornos laborales. Para muchos estudiantes, es más rápido y cómodo, que buscar, contrastar o plantearse la respuesta desde cero. Uno de los efectos más visibles de su uso abusivo es el bloqueo creativo.
Sonia Blanco, Doctora en Comunicación Audiovisual, líder del Grupo de Investigación gen-IA y licenciada en Periodismo, explica para LA VOZ: "Me preocupa que la gente joven la use mal. Tienen una herramienta maravillosa que les puede enseñar a hacer cualquier cosa y la están utilizando para ahorrarse tiempo".
Para Blanco, la IA puede ser un apoyo muy potente, pero "cuando sustituye el proceso mental, la creatividad se congela". La periodista segura que "el mejor uso" se lo está dando quienes más conocimiento tienen, porque comprenden sus límites y posibilidades.
Pensamiento crítico en peligro
La irrupción de la Inteligencia Artificial en las rutinas de estudio ha traído consigo una transformación silenciosa, pero profunda: la pérdida de hábitos de lectura, análisis y reflexión.
Juan Llamas, psicólogo en Neuroeducamos, centro de psicología, salud y educación, advierte: "La toma de decisiones en contextos académicos se está reduciendo. La velocidad del procesamiento y la capacidad de análisis y síntesis pueden verse mermadas si todo lo resolvemos con una herramienta externa"
En cuanto a las habilidades mentales más afectadas, Llamas lo tiene claro, "la capacidad analítica y crítica". El lenguaje, además del nivel atención y el nivel operativo, pueden verse mermados. "Los jóvenes se aturullan en cuanto les haces pensar”, alerta Blanco. "Estamos acostumbrados al consumo rápido de TikTok"
Cómo usar la IA de forma responsable y eficaz
El uso de estas herramientas exige más que familiaridad tecnológica, requiere formación, criterio y responsabilidad. La clave es aprender a utilizar la Inteligencia Artificial de forma positiva. El conocimiento previo es imprescindible. "No se trata de decir: 'hazme un programa', sino 'ayúdame a aprender a hacerlo'", reivindica la periodista.
Aunque aún no hay estudios que lo vinculen directamente, Llamas apunta que depender en exceso de la IA “puede generar síntomas de ansiedad, desmotivación o baja autoestima, porque quien lo usa se da cuenta de que necesita una herramienta externa para dar una respuesta óptima”. La Inteligencia Artificial no debe sustituir la capacidad humana, sino complementarla.