El Dr. Bartolomé García Pérez es un reputado médico almeriense, natural de Albox y que actualmente ejerce como Jefe de Medicina Interna en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca. Una de sus características, y por supuesto virtudes, es que a lo largo de su dilatada carrera ha estado a la vanguardia de los avances tecnológicos que pudieran mejorar la atención a sus pacientes. Esta es su opinión sobre lo último, la Inteligencia Artificial.

Dr. García Pérez, quiero ser directa, ¿la Inteligencia Artificial es positiva?

Sin lugar a duda. La Inteligencia artificial (IA) no es solo una tecnología más. Es una forma de delegar razonamientos, creatividad y decisiones en sistemas que aprenden.

Si la imprenta enseño al mundo a leer, la IA nos obliga a reaprender a pensar. La imprenta multiplicó el saber, pero también fue utilizada para manipular, censurar o imponer ideologías. La IA puede hacer lo mismo, pero a escala digital, invisible y global.

Por eso la gran pregunta no es “¿Qué puede hacer la IA?” sino que debemos permitir que haga.

Contestando a su pregunta, según la visión de los científicos, en general, la percepción es predominantemente positiva, pero cautelosa. Según la óptica de los ámbitos intelectuales y humanísticos la percepción es más heterogénea, con tensiones entre fascinación y escepticismo.

¿Será una herramienta que potencie la inteligencia humana o un atajo que nos haga depender de ella sin comprenderla?

El riesgo no es que la IA piense por nosotros, sino que dejemos de pensar porque ella ya lo hace por nosotros.

Tenemos la ventaja de la historia. La imprenta libero la palabra. La IA puede liberar el pensamiento, si la usamos con conciencia, con ética y sin olvidar que lo más humano que tenemos sigue siendo nuestra capacidad de elegir.

¿Doctor Google se ha quedado anticuado?

No, Google sigue siendo líder en IA, pero perdió protagonismo inicial. Google nos dio el acceso a la información, sin embargo el lanzamiento de ChatGPT en 2022 tomó por sorpresa al ecosistema incluido Google y Meta. Así, OpenAI captó la atención global con una aplicación pública muy concreta, funcional y masiva.

Ahora el desafío es saber que es verdad, que es útil, y que es justo en lo que la IA nos muestra o sugiere.

Si su pregunta se refería a si la búsqueda tradicional en Google, Medline, PubMed, etc. quedó anticuado, la respuesta es sí. La IA ahora lo facilita todo.

¿Podría reemplazar la IA al médico?

La evidencia actual indica que no. La IA carece de contexto, empatía, y capacidad de razonamiento fuera de los datos que ha visto. El juicio humano sigue siendo indispensable, especialmente en decisiones que involucran valores, incertidumbre o comunicación con el paciente. Pero si, transformará su función.

El médico del futuro no será reemplazado por una máquina, pero quizás sí por otro médico que sepa trabajar con ella.

¿Cómo puede llegar a afectar al ejercicio profesional que una persona venga con un diagnóstico preestablecido de casa? ¿Se ponen violentos?¿Se cuestiona de más el criterio del médico? ¿Son más exigentes?

Si, si eres directa. Una respuesta rápida sería. “aunque lea como se hace una mesa seguro que dejo al carpintero que la haga él”. No obstante, sí creo que es bueno que el paciente se empodere con la información más adecuada. Otro problema es la educación individual que es inversamente proporcional al cabreo o exigencia del paciente (habitualmente). Los médicos, jueces, etc. somos humanos y por tanto podemos cometer errores, los pacientes también, y además no saben medicina, y pueden tener el sesgo de la falta de conocimiento para interpretar correctamente la información que les llega aunque se adecuada.

Podrimos decir, que sí, cuestiona más al médico y son más exigentes.

"La IA carece de contexto, empatía, y capacidad de razonamiento fuera de los datos que ha visto"Dr. García Pérez

¿Qué fiabilidad tiene la IA en cuestiones médicas?

La IA es muy útil en medicina, pero su fiabilidad depende del uso que se le dé y del contexto clínico específico. Podemos afirmar que el diagnóstico por imágenes (radiología, dermatología, oftalmología) pueden detectar patrones con una precisión similar a médicos experimentados o más. Análisis de grandes datos, ayuda identificar tendencias, riesgos y patrones en historiales clínicos y ensayos médicos. Soporte clínico, puede ofrecer recomendaciones basadas en guías clínicas, alertas, interacciones medicamentosas, etc.

Es cierto que tiene limitaciones importantes: No reemplaza al juicio clínico ( no interpreta emociones , antecedentes complejos ni valores humanos), depende de los datos que se le proporciona y sobre todo errores por su uso inadecuado que podría llevar a diagnósticos o decisiones terapéuticas equivocadas.

En resumen la IA puede ser muy útil para explicar, educar y aclarar dudas. Pero las decisiones médicas siempre deben ser tomadas por un profesional de la salud, especialmente en situaciones complejas o de riesgo vital.

¿Quiénes deben usarla en el ámbito de la salud?

Profesionales cualificados y en contextos bien definidos. Por ser breve: Profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, farmacéuticos, etc.), Gestores de servicios de salud, investigadores médicos y clínicos y pacientes, estos últimos en ciertos casos a través de apps o asistentes virtuales que promuevan hábito saludables, etc. , siempre bajo supervisión profesional.

¿Qué cambio ha supuesto para los profesionales?

Sin lugar a dudas, un cambio transformador, un antes y un después sin retorno. Es un copiloto clínico: ayuda a interpretar imágenes, analizar historiales, sugerir diagnósticos, permitiendo al médico tiempo pata la toma de decisiones complejas y el trato humano . Ahorro de tiempo y mejora d la eficiencia etc.

¿En qué debe mejorar?

Por supuesto en sus debilidades principales: sesgos algorítmicos, problemas éticos y legales y validación clínica insuficiente.

En conclusión, podemos decir que la IA ofrece potencial transformador en el diagnóstico , pronostico, terapias personalizadas y eficiencia del sistema de salud.. Sin embargo, su implementación requiere validación rigurosa, supervisión clínica y abordaje ético. La IA no reemplaza al médico, pero puede convertiré en un asistente poderoso que mejore la precisión y eficiencia clínica si se integra con juicio profesional y evidencia científica.