El Toyo, la seda de damasco del ajuar almeriense desde hace más de medio siglo, sopla y resopla de nuevo. Vuelven las grúas y el hormigón a colonizar esta macrourbanización futurista donde antes medraron pitas y chumberas sobre el ocre secarral. De las casi 5.000 viviendas proyectadas hace ahora veinte años, a tenor de la superficie de suelo urbanizable disponible, ya hay edificadas y ocupadas más de 3.000 y las construcciones, sobre todo en la zona centro, van a velocidad de crucero.

Tras los tiempos de vino y rosas de los Juegos Mediterráneos, en los que albergó la villa olímpica, la burbuja inmobiliaria le estalló en pleno rostro al Toyo y más de un promotor urbanístico entró en bancarrota. Ahora, con el crecimiento del PITA como aliado y el reciente desembarco de la ciudad financiera de Cajamar, ha vuelto a recuperar brío en los últimos meses.

Llega tarde El Toyo -para sus previsiones iniciales- pero va llegando. Cajamar ha vendido ya prácticamente todas las parcelas plurifamiliares del Toyo I que permutó con la Junta de Andalucía a cambio del edificio de la Plaza Juan del Aguila, algunas ya edificadas. Se están construyendo también varias parcelas en la calle Guillermo Verdejo junto al campo de golf y por encima de la futura Casa Club del campo de golf. Algunas de estas promociones se están vendiendo a precios cercanos al medio millón de euros.

En la calle Juegos de Atenas también se están proyectando 150 viviendas en dos parcelas, además de otras promociones de la constructora El Puerto. La empresa Sacyr también vendió suelo a una promotora de Almerimar que está en carga, así como a la Sareb o Banco Malo.

El Toyo tiene, a su vez, un apéndice aún por desarrollar que es El Toyo II, donde se celebra el festival Dreambeach y donde la UD Almería sueña con realizar la futura Ciudad Deportiva del club.

Otro flanco por desarrollar aún son las parcelas unifamiliares cuya subasta por el Ayuntamiento aún están por finalizar. Son los suelos municipales que quedan por enajenar de las cerca de 200 parcelas iniciales incluidas en el Plan Parcial de la urbanización. Tienen una superficie en torno a 800 metros con un precio de salida de 193.000 euros algunas de ellas.

El Toyo ha visto también a través de estos años cómo han ido creciendo servicios dotacionales como es el caso de un colegio, instituto, hospital de alta resolución y una planta de cinco hoteles de lujo, junto a un centro de congresos y el propio campo y escuela de golf y la Plaza del Mar. Sin embargo, aún tiene algunas asignaturas pendientes como es el caso de una playa que pide a gritos un espigón para poder colmatarse de arena.

Aunque han mejorado las comunicaciones con la ciudad -está a 13 kilómetros de la Puerta Purchena- con el desdoblamiento de uno de ls viales, aún quedan cuatro kilómetros de doble sentido por encima de El Alquián.

La frontera con la primitiva urbanización de Retamar cada vez se estrecha más y es la vía que separa ambas zonas residenciales la única que el Ayuntamiento ha sido obligado a mantener tras el pleito planteado con los residentes y la Unidad de Conservación.

Otra de las futuras actuaciones que hacen del Toyo una urbanización cargada de futuro es la parcela comercial de Joisan, donde se proyectan varios establecimientos comerciales como un Lidl, una zona verde y 25o viviendas adicionales, junto a más suelo dotacional donde se podría edifica otro colegio.

Está también en marcha una zona industrial por encima de la urbanización propiedad de la empresa murciana El Pozo y en la zona de influencia está previsto que vea algún día la luz el Puerto Seco. Muchos de los nuevos compradores de vivienda son vecinos de Níjar y Campohermoso que buscan nuevas zonas residenciales y dotaciones.

Más de medio siglo lleva el predio de El Toyo siendo el sueño de la ciudad de Almería, desde los tiempos del alcalde Francisco Gómez Angulo. Aunque no fue hasta 2005 con la construcción de las mil primeras viviendas de la Villa Olímpica cuando empezó a ver la luz esa aspiración de convertirse en la gran zona de expansión de la ciudad.