Desde que ha salido el sol y antes de ello los almerienses han tomado el puente en sus últimas horas antes de que llegue la pala. Unos andando y otros en bicicleta. Unos por el camino de los peatones y muchos por la calzada de los vehículos. Nadie se resiste a la idea de pasear a todo trapo por lo que empieza a ser historia de la ciudad. Anoche ya de madrugada muchos curiosos asistían al cierre definitivo y esta mañana ha quedado abierto hasta que los municipales no digan lo contrario. Luce bonito y el sol hace que muchos se lo piensen por su largo trazado. La ventana abierta de la redacción y no hay ruido del paso de los coches y los autobuses como tantas veces. Familias enteras hacen el trazado por última vez como despedida de una obra para el recuerdo por la llegada de tiempos mejores para la ciudad.

En la gasolinera la vida sigue igual y es otro domingo de junio con los mismos problemas de Almería y el lunes a la vuelta de la esquina pero hasta mediodía se verán muchos almerienses lanzados hacia el mar o dirección norte. Algunos bajan y giran hacia la residencia de estudiantes para ver lo que mañana les espera. Por ahora ni un solo atasco y los autobuses se adaptan a los tiempos. El puente sigue dando servicio a unos ciudadanos que lo toman como algo suyo, porque lo ha sido a lo largo de la historia. Para LA VOZ DE ALMERÍA y Cadena SER desde 1999 el paso obligado para llegar y salir hacia la casa de muchos de sus trabajadores.

Para todas las edades

A las 6 de la mañana no había un alma en el puente y el tráfico brillaba por su ausencia pero ha sido salir el sol y tomar vida un punto que empieza a ser historia y por el que tantas madrugadas rezaba para que no lloviera. Ya se le echa de menos y lo más bonito es que los que van con destino a la playa se paran al final y tiran una foto de recuerdo. No paran de bajar y muchos de subir atraídos por esa última mirada al soterramiento que desde arriba se ve todo de maravilla. A la puerta de LA VOZ el sentido de la circulación ha cambiado y no se puede aparcar. Si miras hacia el mar todo continúa igual y toca adaptarse a las líneas del autobús para subir y bajar en dirección al centro. Qué bonita va a quedar Almería cuando desaparezca del mapa el puente de la Avenida del Mediterráneo, ese puente de mis madrugadas que jamás olvidaré. Espero no tener que escribir más del puente. Con el puente no hay quien pueda, se resiste a morir.