Escondido en el abandono, con fachadas desconchadas y sucias, carteles en su puerta y sin vida, lució durante muchísimos años el edificio de los antiguos cines Katiuska.

Este inmueble, que en la memoria colectiva de los que ya tienen cierta edad en el barrio de Pescadería está directamente vinculado a la magia del cine en aquellos años de programa doble, es una obra que Trinidad Cuartara diseñó en el año 1904 para ser almacén de uva, ese bien que tanto ayudó a esas primeras transformaciones económicas de la provincia, y que poco antes del estallido de la Guerra Civil fue convertido en esa sala de cine de barrio.

Pues bien, las obras de rehabilitación de este inmueble, han sacado a relucir la belleza que tenía el diseño de Cuartara. Ahora que los trabajos ya se han culminado en todo el exterior, desde el Parque Nicolás Salmerón ya se puede ver la piedra natural de los marcos de puertas y ventanas, así como los laterales de las fachadas que relucen con un blanco en el que se refleja el sol.

Proyecto CAMINA

Estas obras, que arrancaron dentro del Proyecto CAMINA pero que finalmente tendrá que pagar el Ayuntamiento por los retrasos de los trabajos ascendiendo a más de 1,2 millones de euros, estarán totalmente terminadas a lo largo de este mes de mayo. Así lo explica la concejal de Obras Públicas, Sacramento Sánchez, quien asegura que “en este mes va a quedar certificada toda la obra porque ya están en marcha sólo los últimos retoques”.

¿Y ahora? Una vez que las obras se reciban por parte del Ayuntamiento, el siguiente paso lo tiene que dar el área de Cultura ya que será ella la que se encargue de darle contenido.

Cabe recordar que la intención pasa por convertir este espacio en un centro cultural vinculado al cine.

El proyecto en cuestión que se ha desarrollado consiste en una entrada principal por su fachada sur, que contiene un elemento cilíndrico traslucido en cuyo interior se sitúa el ascensor, la recepción y cuartos de informática y archivo. Albergará la zona principal de talleres, dispuesta en doble altura, junto con el archivo multimedia situado bajo la pasarela de la entreplanta, paralela a la fachada de la calle Hernández. Adyacente a este “patio de butacas”, hacia el norte, y bajo la entreplanta, se dispone un área destinada a exposiciones temporales, el núcleo de aseos, y el patio ajardinado que atraviesa verticalmente todo el edificio, hasta la cubierta.

A partir del acceso exterior a esta planta, desde la calle Hernández, se configura una zona multifuncional que, mediante el empleo de tabiques móviles, permite su uso como zona de exposiciones o salas multiusos, de forma independiente al resto del edificio. Esta área se ilumina de forma natural con el patio ajardinado.

Sobre el archivo multimedia, se construye una pasarela que alberga la zona de trabajo multimedia, y que se abre sobre la zona de talleres de planta baja. En esta pasarela se sitúan la escalera y el ascensor de comunicación vertical.

Dentro del proyecto se recogía la construcción de una cubierta ligera, tipo ‘Deck’, en la que se situarán dos zonas de maquinaria de climatización, adyacentes a las entradas de iluminación natural al edificio: Patio ajardinado y núcleo de ascensor. 

El acceso a la cubierta es de tipo restringido, exclusivo para mantenimiento, y se produce a través de la losa de cubierta del ascensor del edificio.