La Voz de Almeria

Almería

El insoportable tráfico de las llamadas calles peatonales

La calle descanso, una de las más bellas de la ciudad, agobiada por la circulación

Los turistas son abordados por coches y patinetes cuando van a la Alcazaba.

Los turistas son abordados por coches y patinetes cuando van a la Alcazaba.La Voz

Eduardo de Vicente
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Cada vez que se peatonaliza una calle se humaniza un barrio. Cada vez que se habla de combatir el exceso de tráfico los conductores se echan las manos a la cabeza y buscan una solución para poder seguir circulando mientras disimulan y miran para otro lado. Peatonalizar es un verbo que encaja a la perfección en la retórica de los dirigentes políticos, sobre todo cuando la actuación se hace en el casco histórico al que llevamos cuarenta años tratando de rescatar. Pocas intervenciones lucen más para un concejal y un alcalde que salir en la prensa anunciando una nueva calle peatonal y apuntándose el tanto del rescate. Sin embargo, la realidad nos cuenta una historia distinta en Almería, donde en los últimos años estamos asistiendo a un fenómeno surrealista que pasa por hacer una gran inversión a la hora de hacer peatonal una calle del casco histórico para abandonarla después a su suerte y permitir que los vehículos sigan circulando con total impunidad.

Ahí tenemos el caso de la calle de Emilio Ferrera que va de la calle Real a la Plaza Careaga, o el de la transitada calle de Mariana, donde los vecinos del barrio nos llegamos a creer que iba a ser peatonal de verdad, sin pensar que se trataba de una intervención para la galería. Por la calle de Mariana siguen circulando los coches, los camiones, las motos y los patinetes como si fuera una autopista. El resultado es que el pavimento, que se cambió hace un par de años, presenta ya un aspecto lamentable. Qué podíamos esperar cuando teníamos tan cercano el triste ejemplo de la calle de las Tiendas, la calle peatonal por antonomasia, por la que no cesan de pasar las bicicletas y los patinetes a pesar de que muy de vez en cuando a la policía municipal se le ocurre darse una vuelta y poner unas cuantas multas.

A la lista de calles agraviadas hay que sumar la calle Descanso, que hace unos años fue rehabilitada con una importante inversión para que se convirtiera en uno de los accesos principales hacia la puerta de entrada a la Alcazaba desde el barrio de la Almedina. Se pavimentó, se pusieron grandes maceteros para darle un aspecto más amable y se le colgó el cartel de calle peatonal. El arreglo fue un éxito, ya que desde entonces la calle Descanso forma parte de la lista de las diez calles con más encanto de la ciudad, a pesar de que de peatonal ya no tiene nada y los coches circulan libremente y a todas horas desafiando la escasa anchura del lugar y la integridad de los cientos de turistas que a diario eligen este camino para llegar al monumento. No se puede permitir que una de las joyas del casco histórico, que tiene poco más de tres metros de anchura, esté tomada por los vehículos. El problema no radica solo en que pasen los coches que entran desde la zona de San Antón a través de la calle Chantre, tan grave como eso es la presencia continua y descontrolada de los niños y adolescentes que a bordo de los patinetes siembran la incertidumbre de los transeúntes cuando circulan haciendo cabriolas y a velocidades inadecuadas. En esta pasada Semana Santa se ha repetido la escena de cientos de turistas subiendo y bajando por la calle Descanso que tenían que pegarse a la pared para no ser arrollados por un patinete o por los coches que han hecho suya la calle sabiendo que por allí no cruza un policía municipal ni por casualidad.

tracking