Auxiliares de ayuda a domicilio, una profesión en clave femenina

María Jiménez, Carmen Gómez y María Dolores López son tres generaciones de trabajadoras en Atende que reflejan la evolución de la empresa a lo largo de 25 años.
El Día Internacional de la Mujer es una fecha propicia para poner en valor esta profesión cualificada y esencial para una población cada vez más envejecida que quiere vivir el mayor tiempo posible en sus hogares. Atende, filial de Clece especializada en servicios sociales, presta ayuda a domicilio a un total de 12.072 personas usuarias en Almería, de las cuales 8.616 son mujeres.
En cada uno de estos hogares entra una auxiliar formada que ayuda al bienestar de las personas mayores y dependientes; combaten la soledad no deseada de muchas de ellas y casi se convierten en parte de sus familias. Esta profesión ha experimentado una gran evolución en los últimos 20 años. En sus orígenes, estas profesionales eran consideradas meras “empleadas domésticas”, que hacían las tareas del hogar que les indicaban los usuarios o los familiares.
Hablamos de años en los que no existían protocolos de actuación ni criterios comunes a la hora definir sus tareas, entre otros. Habría que esperar hasta 2007, cuando entra en vigor la Ley de Dependencia o a los certificados de profesionalidad de la Junta de Andalucía, para que este trabajo quedase reconocido, con sus derechos y deberes, protocolos de actuación, salario, 0 control de presencia.
Todos estos cambios se han reflejado en los servicios de ayuda a domicilio que Atende presta en Almería capital y provincia. En el año 2006, solo había tres coordinadoras de ayuda a domicilio para toda la provincia, mientras que ahora hay 90.
En primera persona
Y qué mejor que ver esta evolución a través de tres generaciones de auxiliares: Carmen Gómez, del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) del Ayuntamiento de El Ejido; María Jiménez, del SAD de la Diputación de Almería y la joven María Dolores López, auxiliar del SAD del Ayuntamiento de Almería.
Carmen ha vivido de primerísima mano este proceso, ya que comenzó a trabajar como auxiliar en el año 1996: “fue a través de Cáritas Diocesana, que trabajaba para el Ayuntamiento de El Ejido, como me inicié en este sector. Llegué para una sustitución de tres meses y aquí sigo todavía”. Reconoce que la ayuda a domicilio ha experimentado un gran cambio.
“Entonces, éramos tan solo 13 auxiliares y con la Ley de Dependencia, se fue ampliando el servicio y ya somos unas 300 personas en el SAD del Ayuntamiento de El Ejido”, recuerda. Carmen resalta que su trabajo “es muy gratificante. Estás en la mayoría de los casos con personas mayores, que necesitan de verdad la ayuda que les podemos prestar”. Pone como ejemplo un domicilio en el que trabaja desde hace 12 años y “donde he visto la evolución de la familia y de esta persona usuaria. Cuando entro allí yo soy un familiar más, ‘Ya viene mi Carmen, me dice. Y eso, es muy gratificante”.
María Jiménez es auxiliar en su pueblo, Abrucena desde 2007, recién promulgada la Ley de Dependencia y cuando ella tenía más de cuarenta años. “Gracias a un curso que organizó el Ayuntamiento de mi pueblo y dentro de un proyecto de la Unión Europea estoy hoy aquí”, desvela.
“Es verdad que al principio, éramos muy pocas y teníamos muchísimo trabajo. Había mucho desconocimiento sobre esta profesión. Ahora, todo es distinto”. Destaca María que lo suyo es “totalmente vocacional, esta profesión me llena mucho. Me siento muy tranquila y satisfecha cuando sé que estoy ayudando, cuando, después de hacer un servicio, veo que la persona se ha quedado bien, ya sea en el aseo, con los consejos que le doy para desenvolverse en su vida diaria o en ese ratito de compañía”.
Por último, María Dolores López habla de su corta experiencia en el SAD del Ayuntamiento de Almería. Lleva tan solo tres años como auxiliar “una profesión para la que hay que formarse. Es un requisito imprescindible”. Ella recuerda que su vocación surgió a raíz de su relación “con mi abuela, que ha sido muy importante en mi vida. Cuando enfermó, decidí irme a vivir con ella hasta que falleció. Aquello despertó en mí ese cariño hacia las personas mayores”.
En su opinión, “que los usuarios y usuarias estén esperando a que sea la hora de tu llegada porque es el único momento de distracción en muchos casos, es muy reconfortable. Hay personas que únicamente tienen nuestro ratito de compañía en todo el día”. Las tres reconocen que hay momentos muy duros, cuando ven cómo se deterioran o el duelo que viven cuando fallece algún usuario, pero la sonrisa de todos ellos es la mejor recompensa.
Profesionalidad, vocación y cariño en atende
Atende es la filial de Clece especializada en Servicios Sociales. Con una trayectoria de 25 años y que en Andalucía entra a diario en más de 35.000 hogares.