La Voz de Almeria

Almería

Gabriel Sánchez: "Trabajamos por difundir la cultura de la muerte digna"

La Asociación Derecho a Morir Dignamente promueven el testamento vital y el derecho a la eutanasia

Gabriel Sánchez, presidente de Derecho a Morir Dignamente de Andalucía.

Gabriel Sánchez, presidente de Derecho a Morir Dignamente de Andalucía.Antonio Hermosa

Antonio Hermosa
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Gabriel Sánchez Bellón, profesor de Geografía e Historia jubilado, es en la actualidad el presidente en Andalucía de la asociación Derecho a Morir con Dignidad. En Almería hay muy pocos socios: 22, mientras que en Andalucía son 500 y en España 8.000. Ha visitado Almería y ha estado invitado por el grupo local de Amnistía Internacional de Almería para dar una charla titulada “Derechos sanitarios al final de la vida”.

He tratado de impulsar la asociación en mi ciudad: Córdoba y en el resto de Andalucía. Hace cinco años había grupos en Granada, Málaga y Sevilla. En 2022, celebramos una asamblea general y fui elegido presidente andaluz. Hoy, la situación ha mejorado bastante, se han creado grupos en Jaén y Almería, donde tenemos 22 asociados.

Estamos difundiendo el testamento vital y la Ley de Eutanasia, que es algo esencial. Realizamos talleres, sobre cómo se hace, y hablamos de los problemas que hay. Trabajamos por difundir la cultura de la muerte digna. Romper el tabú de la muerte.

Desde 2002 tenemos una serie de derechos reconocidos. Primero fue la Ley de Autonomía del Paciente; luego la ley de la Muerte Digna de Andalucía de 2010; Y finalmente, la Ley de Eutanasia, que fue aprobada en 2021. El Estado reconoce que las personas enfermas no son un cero a la izquierda.

Que tienen derecho a estar informadas, y no dejarlo solo en manos del médico o la médica de turno. Al hacer el Testamento Vital podemos poner el tratamiento que aceptamos o rechazamos, que tiene validez cuando la persona ya no es consciente y, desde hace cuatro años, podemos pedir la ayuda médica a morir, teniendo en cuenta los requisitos que marca la Ley de Eutanasia, que son muy estrictos.

Si no se dice nada, es el equipo médico el que decide, nunca la familia. La familia puede pedir al equipo médico que pongan al enfermo tratamientos más paliativos, pero la decisión es del equipo médico, y eso es importante que las personas lo sepan.

Las administración autonómica y nacional informan sobre estos temas y están involucradas en el desarrollo de las diferentes leyes relacionadas con este tema. ¿La asociación Derecho a Morir Dignamente es esencial para asesorar a las personas?

En Andalucía no funciona bien porque la Consejería no se ha volcado. Muchos de los gobiernos autonómicos no difunden nada. La Junta de Andalucía hizo una gran campaña de difusión cuando se aprobó en el año 2010 la ley del derecho y garantías de la persona en el proceso de la muerte.

Actualmente no se difunden entre la población ni entre el personal sanitario. Es verdad que toda la información está en la web de la Junta, pero el personal sanitario está muy ocupado con condiciones laborales muy precarias. Se han creado equipos referentes que tenemos que ver cómo funcionan.

Nosotros somos la única asociación que nos dedicamos a este tema. No se quiere hablar de la muerte, pero está ahí, es el final de nuestra vida. Es tan natural como el nacimiento. Nos puede llegar en el momento más inesperado.

Las personas saben lo que significa el testamento vital y la Ley de Eutanasia, y los derechos que tienen.

El testamento vital supone dar un paso personal importante. Piensas que te puedes morir en algún momento y lo hablas con tu familia o tus amistades, porque designas a dos representantes. Te descargar los papeles de la página de la Junta de Andalucía. Hay una guía muy interesante sobre cómo lo podemos hacer.

Lo preparas. Y cuando pides la cita en Salud Responde, te dicen el día y el centro hospital donde te van a atender.

Ese día, vas allí, y tienes que sentarte con una registradora que, en un ordenador oficial, va haciéndote las preguntas que ya has contestado en los papeles que te has descargado. Quiere esto; no quiere esto; cuáles son sus valores. Todo eso significa que ya lo has pensado y lo afrontas con calma, porque lo has hablado con tu familia o tus amistades.

¿La sociedad esta mentalizada?

Hay muy poca mentalidad sobre estos temas. Cuando la gente tiene que ir a un entierro, acude con mucho dolor, si es de tu familia, o es alguien que conoces. Pero, una vez terminado el entierro, ya no hablamos mucho de ese tema.

No sé si en Andalucía y en el sur de España, puede haber ciertos aspectos social, que no sé hasta qué punto. Pero bueno, si comparamos, por ejemplo, con la situación en las Comunidades del Norte: Asturias, País Vasco, Navarra o Cataluña, vemos que hay muchísimos más testamentos vitales registrados, y también muchas más demandas de ayuda médica a morir.

Parece que hay otra mentalidad. Puede afectar también las influencias de los gobiernos, y si un gobierno no se implica para que en vez de que haya 52.000 tratamientos vitales en Andalucía, haya cien mil, por ejemplo, otra cosa sería. Pero aquí no se hace eso.

Lo hacen personas concretas. Por ejemplo, en los centros de salud, hay enfermeras, trabajadores sociales, a veces médicos, que dan información a los pacientes, para que toda la población lo sepa. Como cuando se hace con la vacuna de la gripe, que se comunica que empieza la campaña. Eso, con este tema, no se hace.

Quizás, a cierta edad ya debería de informarse a toda la población para que sepa que tiene ese derecho.

Claro. Aunque en realidad esto sirve para cualquier edad. Cuando damos charlas en institutos, relacionado con la asignatura de filosofía, donde hay un tema que habla de la muerte, y alguna gente dice: ¿Hablarle de la muerte a gente joven? Pero, cualquiera está expuesto a pegarse un tortazo con la moto.

No hay que dramatizar, pero a cualquier le puede pasar en cualquier momento. Pero sobre todo, si ya uno tiene 60 ó 70 años, es cuestión de pensarlo, porque a partir de ahí ya empezamos a ver que estamos en la primera fila.

¿Cuánta gente tiene hecho el testamento vital en Andalucía?

El 0,67 por ciento de la población. En España sube al 0,85. Solo Navarra asciende al dos y medio por ciento ha registrado el testamento vital, y Cataluña que se queda en el dos por ciento.

Hay muy poca difusión. Y luego, también hay problemas técnicos. Ahora parece que empieza a funcionar mejor la aplicación informática, pero en los dos últimos años ha sido un desastre.

Estar haciendo el testamento vital y, de repente se queda colgado, o se hace entero y luego no se puede registrar. Porque es fundamental que esté en el registro nacional o autonómico de instrucciones previas. Cuando pasa esto, tiene que guardarlo la registradora para volver a intentarlo otro día.

Y sospecho que también pasará lo mismo con la Ley de la Eutanasia.

Muy poca gente está informada. Sí se enteraron un poco más tras la polémica que hubo con la Iglesia y con las cúpulas de los partidos de la derecha. Hay mucha confusión también con el tema de cuidados paliativos.

Son dos cosas distintas y, muchas veces, por parte de los colegios médicos exterminadas. Por determinadas personas, no quiero generalizar, que preguntan para que se necesita una Ley de la Eutanasia si ya tenemos los cuidados paliativos.

Pero hay veces que no te sirven los paliativos, porque para enfermedades de muy largo tiempo, como la esclerosis, que te va paralizando, y esto puede durar 15 ó 20 años.

Que no es un cáncer que, por ejemplo, te pueden un periodo de vida más corto. Y ahí no valen los paliativos. Que están estupendamente bien, y que llegue a todos pueblos.

¿El cuál es la solución? ¿Qué habría que hacer?

Lo primero es difundir. Una campaña importante para el testamento vital. Aumentar los puntos de registro. Las personas que pueden registrar tienen que ser personas autorizadas e informadas. Y en cuanto a la Ley de Eutanasia. Lo mismo, informar y difundir, pero ahí es muy importante, sobre todo al personal sanitario.

¿Tomar estas medidas suponen importantes costes económicos, y por ello no se lleva a cabo?

No. Esto no supone nada. Por ejemplo, ahora, la Comisión de Garantías y Evaluación, no la Consejería, como tal, ni el Servicio Andaluz de Salud, ha empezado por Jaén unas reuniones con las personas responsables de los equipos de referentes que se han creado en todos los distritos sanitarios.

Estas personas, están rodeadas de otro grupo de personas para que cuando se presente en su centro de salud a un médico una solicitud de ayuda a morir, si no es objetora, pues se registra y todo solucionado. Pero hay personas que no son objetores que piensan: ahora me tengo que dedicar a hacer primero el proceso deliberativo. El primer informe.

A los 15 días el segundo proceso deliberativo. El segundo informe. Y encima tengo que seguir con mi trabajo. Hay gente que tiene voluntad y se simplifica, y hay otra gente que dice: mira, yo no me meto en esto porque me da más trabajo.

En Almería acabáis, prácticamente de empezar a trabajar. ¿Cuál es vuestro objetivo?

En Andalucía los socios se concentran en Málaga, Sevilla, Granada y Cadiz. Yo, que vivo en Córdoba, estamos 52, o sea también muy pocos. El objetivo de nuestra junta directiva es crear en los próximos dos años grupos estables en las ocho provincias. Y, por ahora, lo estamos consiguiente. El de Jaén ya está funcionando y el Almería estamos iniciando los primeros contactos para crearlo.

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