“La ansiedad y la rebaja en la calidad del sueño han aumentado”
Neumólogos de Torrecárdenas señalan un repunte de pacientes con problemas en el sueño

Tener un estilo de vida saludable con hábitos deportivos, buena alimentación y el establecimiento de rutinas diarias repercuten en el sueño.
Dormir mejor desde el estallido de la Covid-19 en nuestra sociedad se ha convertido en un reto para quienes han padecido de primera mano el azote del coronavirus. Si bien es cierto que sólo se trata de una minoría, las consultas de los facultativos de Neumología han visto incrementar la atención a quienes han sufrido durante esta tarea diaria que, en principio, debería ser placentera.
Dormir es importante pero el objetivo es hacerlo bien. La función principal del sueño es la reparación. Durante el sueño ahorramos energía, reparamos los tejidos fabricando nuevas proteínas y nuestro sistema inmunitario origina defensas. Durante el sueño se liberan y regulan diferentes hormonas muy importantes como la hormona del crecimiento, que sólo se libera en la fase del sueño profundo. Por eso es tan importante el sueño entre los más pequeños.
Entre quienes no logran dormir correctamente es común experimentar estados de ánimo más irritables, pero también afecta al humor. De ahí que se aprecie la realidad con cierto tono negativo. Lo que no sabíamos hasta ahora es que el virus que no termina de marcharse, el Covid-19, lleva condicionando desde el inicio de la pandemia la calidad del sueño de los almerienses.
José Manuel Díaz es facultativo de Neumología en el Hospital Universitario de Almería y reconoce que en su consulta ha aumentado en términos generales la frecuencia de las personas que presentan ansiedad y una disminución en la calidad del sueño. Eso no es casual, pues desde los primeros compases del dos mil veinte, la situación sociosanitaria generada por la Covid-19 ha marcado el devenir de nuestra sociedad y dejado sembrados los efectos colaterales que ahora comienzan a germinar. Según señala el experto, la disminución de la calidad del sueño no sólo mantiene relación con quienes fueron positivos, sino que el perfil de los pacientes va más allá y pone el foco en aquellos familiares que, a pesar de no haber sido positivos, comparten los mismos síntomas. “Lo que más nos ha llamado la atención ha sido el estado de nerviosismo constante en el que hemos encontrado a gran parte de la gente durante los meses más críticos de la pandemia”, señala Díaz.
Sobre el perfil de los pacientes con baja calidad del sueño, el facultativo detalla que no se ha observado un perfil definido a lo largo de este tiempo. Hasta ahora se solía establecer una relación en la que, por lo general, las personas de avanzada edad eran las que presentaban insuficiencias en la tarea de dormir, sin embargo, lo noticiable en esta ocasión es que son las personas jóvenes, empujadas en su mayoría por la ansiedad, quienes han visto cómo la calidad de su sueño ha disminuido a consecuencia de la pandemia y las situaciones estresantes por el efecto de no avistar un horizonte definido entre las primeras nieblas de dudas que desencadenó la pandemia.
Preguntada por este mismo tema, Isabel Fernández, decana del Colegio de Psicología de Andalucía Oriental, con sede en Almería, reconoce que “todos mis pacientes han tenido problemas con el sueño durante la pandemia” y señala que tener un estilo de vida saludable con hábitos que permitan desarrollar nuestras rutinas diarias, acompañadas de ejercicio y buena alimentación permiten aumentar la calidad de nuestro sueño.
Estas recomendaciones eran las que compartía Isabel a sus pacientes después del alboroto que trajo las restricciones bajo el brazo. Y añade que “los ejercicios de relajación, meditación y los trabajos con nuestro cuerpo que facilitan la descarga de la tensión que se pueda acumular en nuestro interior”, unas actividades que deben ir acompañadas de un hábito responsable que favorezca desconectarnos de las pantallas con tiempo suficiente para no trasladar el estrés de la actualidad hasta nuestra almohada. Lo que contribuirá a que la calidad de nuestro sueño sea mayor y se venza al pulso que el virus ha propuesto.
Las claves de la 'fatiga pandémica'
“Como en realidad estamos haciendo un esfuerzo sostenido en el tiempo, el cansancio aumenta, los problemas de sueño aumentan y la sensación de angustia aumenta. La fatiga pandémica es esa capacidad que hemos tenido de alargar en el tiempo las medidas de restricciones”, indica Isabel Fernández, decana del Colegio de Psicología de Andalucía Oriental.
Con el ir y venir de los decretos sanitarios y las medidas de restricciones sociales impuestas durante los momentos más duros de la pandemia, los expertos recomiendan dar importancia al cuidado de las emociones, se trata de uno de los pilares principales para hacerle frente a la fatiga pandémica. Es normal que podamos sentir tristeza o estrés, sin embargo, centrar nuestra atención en aquellas cosas que sí se pueden controlar.Mantener el contacto social y cuidar de las relaciones, evitando el aislamiento es otra de las formas con las que podemos combatir el cansancio pandémico que en muchas ocasiones ha favorecido el aislamiento de las rutinas sociales.
Por último, limitar el uso que se le proporciona a las nuevas tecnologías, puede favorecer a que no nos agotemos con tanta facilidad o que, incluso, lleguen a enfadar a alguien, contrastar las fuentes y saber diferenciar los bulos puede contribuir a no sobrecargar las emociones negativas cuyo objetivo, además de desinformar, es crispar.