Soplos de aire fresco en una ciudad que no para de crecer
La periferia continúa expandiendo las fronteras urbanas hacia el río Andarax

Los espacios ajardinados y los edificios de tonalidad clara abundan en la zona.
Como su propio nombre indica, Nueva Almería es una de las zonas jóvenes de la capital. Bien que su edificación comenzó hace ya algunas décadas, el rediseño del barrio –junto con la instalación de espacios verdes y áreas deportivas– ha incrementado su atractivo para un buen número de familias jóvenes.
Despunta la atmósfera propia de un estilo de vida más actual, en el que el interés por la salud y el bienestar son clave. Las avenidas más amplias, el extenso carril bici y los tonos claros que se aprecian en las fachadas de las viviendas y quioscos atestiguan la preocupación estética inherente al urbanismo moderno.
Nivel medio-alto
En el Café Paseo hacen referencia a un estatus de vida de nivel medio-alto, en el que se vislumbra “gente de todas las edades”. Uno de los camareros comenta que el aumento de la afluencia de clientes los fines de semana facilita, en ese sentido, la identificación de las nuevas tendencias de ocio.
En La Dulce Alianza Playa, el responsable temporal ratifica lo dicho: “En la clientela residencial de la zona de la térmica y de Nueva Almería se ven muchas familias jóvenes. Y los fines de semana hay un tránsito constante de gente en el paseo marítimo”.
“Las obras de ampliación del Parque de las Familias hasta el auditorio muestran una tendencia a unificar toda la zona que, evidentemente, no para de crecer. Las dos torres nuevas que tenemos al lado las están levantando en un pispás: es señal de que sigue subiendo la venta de viviendas de alto standing. Estamos empezando a salir de la crisis y ese incremento se nota”.
Está claro que Nueva Almería se levanta. Otro de los síntomas es que “de la zona del auditorio a esta parte han innovado, sobre todo, con establecimientos de restauración”, añaden en La Dulce Alianza Playa. “Por un lado, se ha convertido en un lugar de ocio y, por otro lado, es la vía de paso obligado hacia el hospital. Ha aumentado el número de paseantes y cuando hay espectáculos en el auditorio también se nota”.
Tradición renovada
En una comparativa con La Dulce Alianza del centro señalan que, aunque ambas dispensan el mismo producto, a la cafetería del Paseo acuden personas de edad más avanzada, “por la tradición de una confitería de muchos años”. De hecho, “la fidelidad de la clientela se va transmitiendo a otras generaciones”.
En el establecimiento de Nueva Almería, en la época estival “se compran más helados, copas, refrescos y ese tipo de cosas, más refrescantes. El café, las infusiones, los bollos y pasteles tienden a venderse mejor cuando hay mal tiempo o a partir del otoño, que hace más frío”.
“En verano ves 5 o 6 filas de personas tomando el sol en la playa y, sin embargo, hay menos clientes. Aunque se pudiera pensar lo contrario, tenemos más trabajo en invierno. Pero se debe al producto nuestro en sí. Es en otoño y en invierno cuando a los clientes les apetece más entrar y pasar tiempo en las mesas”.
En la cervecería El 6, las opiniones no distan demasiado de lo anterior: “Es un barrio tranquilo, con vecinos de poder adquisitivo medio-alto”, afirma Roberto, gerente del local. En cuanto a la edad de sus clientes, “van desde los veintitantos para arriba”.
Pautas de paseo
A pesar de que el paseo marítimo se alarga hasta la universidad, “se distinguen claramente dos tipos de paseantes: los que llegan hasta el auditorio y se dan la vuelta, como si el paseo marítimo se acabara ahí, y los que continúan más allá, pasado el auditorio”.
Y es que, a partir de este, el flujo de caminantes se reduce a más de la mitad: “Si a lo mejor por aquella zona pasan 1.000 personas cada hora, de esas 1.000 aquí no llegan más de 200. Parece que la cosa está cambiando y ahora hasta la boca del río muchos vienen haciendo footing, en bici, andando… Pero allí hay siempre el triple de gente”.
En cuanto al barrio, lo considera “una zona de comercio tranquilo y sin oficinas”. “Aquí los vecinos vienen a dormir y a comer. De la avenida del Mediterráneo hacia el centro ya sí hay puestos de trabajo y algunas administraciones. Por eso, los días de diario se nota el bajón y aumenta la concurrencia de público los fines de semana”, apunta Roberto mientras se oye una samba en el hilo musical del bar.
Altibajos
El Urban Diner es otro de los restaurantes del área. De sus 5 años de existencia, Elena lleva trabajando en él dos y medio. “Aquí vive gente de dinero”, afirma. “Al restaurante vienen tanto los residentes como los que van por el paseo y se paran a ver lo que hay, pero la zona sigue estando un poco muerta”.
“Algunas noches no pasan coches ni nadie. Cuando hay espectáculos en el auditorio se nota, pero casi todas las actividades tienen lugar en el centro y por esta zona no suele haber mucho. Por ejemplo, en Halloween vino muy poca gente porque todo estaba en el centro, exceptuando algunos que vinieron expresamente”. Considera, por ello, que la ampliación del Parque de las Familias será beneficiosa para el barrio.
En cuanto al local, “hay clientes que lo buscan o que vienen siguiendo las recomendaciones. Servimos comida americana y, al principio, parecía que eso asustaba un poco. Ahora se ve que la gente está perdiendo el miedo y va viniendo más”. No obstante, continúa pesando lo que Elena define como “una lucha constante contra la tapa”.
Rapidez
Al ritmo de una canción de Elvis Presley, explica que “se ha notado la diferencia en sólo dos años. Hay más edificios, se ve más gente por aquí. Pasan y algo les atrae: la música, la decoración… Se arriesgan y entran. Por supuesto, hace mucho el boca a boca: consigue que la gente se fíe más”. “En general, tenemos más clientes los fines de semana y, sobre todo, en verano. Muchos de ellos de Aguadulce, de Huércal…”.
Al restaurante acuden personas de diferentes generaciones, “desde niños que celebran cumpleaños hasta mayores”. Elena piensa que el ambiente de Nueva Almería es más sosegado que el de otros vecindarios: “Es zona de paseo, sin ruido, tiene el mar en frente… Un conjunto de cosas que relaja mucho”.
Mientras habla, mira al mar y sube el volumen a un segundo tema de Elvis que le gusta. “Las canciones las elijo yo”, añade. “Nunca pensé que trabajaría en un sitio así, en el que la música me encanta”.