Este pueblo de Almería te invita a conocerlo a través del misterio y una aventura digital
Una experiencia autoguiada perfecta para familias, escolares, grupos de amigos o visitantes curiosos

'El secreto de don Diego', juego virtual para conocer este municipio almeriense.
Uno de los pueblos más pintorescos de la Alpujarra Almeriense ha dado un paso más en la innovación turística con una propuesta que aúna historia, tecnología y diversión. Se trata de 'El secreto de don Diego', una yincana turística digital que convierte las calles del municipio en el escenario de una aventura llena de misterio y descubrimientos.
La actividad, disponible todos los días del año y a cualquier hora, ofrece una experiencia autoguiada perfecta para familias, escolares, grupos de amigos o visitantes curiosos.
No se necesita descargar ninguna aplicación ni registrarse: basta con acercarse a la entrada del Ayuntamiento de Ohanes y escanear el código QR disponible o acceder al enlace a través del smartphone para comenzar el juego.
El hilo conductor de esta aventura es don Diego Martínez de Araque, un personaje histórico vinculado al pueblo de Ohanes, cuya leyenda cuenta que regresó de las colonias con un misterioso tesoro que jamás fue encontrado.
A través de esta narrativa, los participantes deberán seguir sus pasos, resolver enigmas y superar pruebas utilizando su teléfono móvil como única herramienta. Cada rincón de Ohanes se convierte en una pista, en un guiño a su pasado o en una pieza más del rompecabezas que rodea al legendario botín.
El recorrido, que combina juego y cultura, permite conocer de forma divertida el patrimonio, la arquitectura y la historia local. Se trata de una forma accesible y educativa de explorar el municipio, ideal tanto para quienes lo visitan por primera vez como para vecinos que desean redescubrir su entorno desde una nueva perspectiva.
Con iniciativas como esta, Ohanes apuesta por un turismo activo, sostenible e inteligente, donde cada visitante se convierte en protagonista mientras descubre su iglesia mudéjar dedicada a la Purísima Concepción, calles estrechas con casas blancas y balcones floridos, fuentes como la de San Marcos o el pilar de la Plaza, o los miradores desde los que se contempla el valle del río Andarax.