La provincia de Almería esconde algunos de los parajes más sorprendentes de Andalucía, y cada vez son más los amantes de la naturaleza que descubren rutas espectaculares como la de la Hidroeléctrica en Laujar de Andarax, o el castañar de Paterna del Río, que en otoño se convierte en una sinfonía de colores dorados y rojizos. 

También el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar ofrece caminos inolvidables junto al mar, como los senderos que conectan San José con las playas de Los Genoveses o Mónsul. 

El Encinar de Abrucena

Sin embargo, en Sierra Nevada hay otro rincón capaz de conquistar por igual a montañeros veteranos y caminantes ocasionales, y para ello tenemos que irnos hasta El Encinar de Abrucena. Esta ruta, conocida oficialmente como PR-A 15, recorre uno de los espacios naturales más valiosos de la Sierra Nevada almeriense.

El punto de partida se encuentra en el propio pueblo de Abrucena, al que se accede fácilmente por la A-92 tomando la salida 336 (Abrucena/Abla/Escúllar). Tras atravesar el casco urbano y seguir dirección La Roza, una pista forestal nos lleva hasta el inicio del sendero, donde un cartel marca el comienzo de la aventura.

El recorrido arranca descendiendo hacia el Barranco de los Santos. Allí, el camino cruza el río por un pequeño puente y empieza a ascender por la otra orilla en dirección a Tautila, siguiendo el curso del río entre pasarelas y tramos de vegetación cerrada. 

Cuando el cauce se bifurca, el sendero gira a la derecha y comienza una subida de unos 150 metros de desnivel que nos conduce hasta el área recreativa de La Roza. Este punto es ideal para hacer una parada, beber agua en sus fuentes y coger fuerzas para la segunda mitad del itinerario.

La vegetación cambia paulatinamente a medida que nos adentramos en el tramo más alto de la ruta, donde nos encontramos con encinas centenarias que dan nombre al sendero y que forman una masa boscosa insólita en esta parte de Almería. 

Desde lo alto, Sierra Nevada se alza imponente a nuestras espaldas, y al frente aparece el impresionante barranco de Peña Horadada, donde el agua fluye con fuerza entre las rocas. 

El camino se hace más escarpado, serpenteando por una pista que cruza arroyos y que nos lleva cerca de antiguos cortijos, como el de Puntal Redondo. Un desvío a la izquierda conduce al Refugio Vivac de Piedra Negra, pero el sendero principal toma otra dirección: una bajada pronunciada entre pinares que desemboca en la Loma de los Puntalillos.

Es aquí donde el desnivel se hace más evidente. En apenas unos kilómetros, el camino recupera todo lo que habíamos subido, descendiendo entre curvas hasta alcanzar un cortijo con piscina que marca el tramo final. Solo queda seguir la carretera hasta regresar al punto de inicio.

En total, son 15,43 los kilómetros de los que consta este sendero, con un desnivel de 1.068 a 1.697 metros y una duración aproximada de 4 horas y media a través de pista forestal, sendero y carretera, y dificultad media.

El Encinar de Abrucena no es solo un sendero: es también una demostración de la riqueza paisajística de la Almería interior, muchas veces eclipsada por sus playas, pero igual de espectacular y mucho más tranquila. 

Esta ruta es perfecta para quienes buscan un día de desconexión en la naturaleza, sin prisas, entre sombras de encinas y el murmullo del agua.