Esta semana, un millón de personas se congregan en el epicentro de la devoción popular: El Rocío, aldea situada en el término municipal de la localidad onubense de Almonte vive sus días más intensos con la romería celebrada anualmente con motivo de Pentecostés. 

Más allá de momentos archiconocidos como el salto de la reja y tópicos relacionados con la fiesta, lo cierto es que la del Rocío es una devoción riquísima en historia y anécdotas que vivió su gran 'boom' en el siglo XX y que, a día de hoy, no deja de crecer. Y en esa rica y variada historia, el Rocío tiene entre sus páginas algunos nombres vinculados con Almería y su Diócesis. 

Tres obispos y el Rocío

Los dos primeros nombres guardan una vinculación familiar entre sí y ambos son obispos. El primer protagonista es el actual obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero. Siendo palentino y habiendo sido prelado de Teruel y de Almería, su relación directa con El Rocío es reciente: ha acompañado a la Hermandad del Rocío de Almería hasta la aldea en alguna peregrinación extraordinaria de noviembre. Pero su vínculo con El Rocío no viene por ahí.

En realidad, la conexión es familiar y hay que mirar al pasado en busca del segundo nombre de un obispo en esta historia: el de Pedro Cantero Cuadrado.

Cantero Cuadrado (1902 – 1978) era palentino, al igual que el actual obispo de Almería. Compartir lugar natal y apellido no es casual: Pedro Cantero Cuadrado era tío de Antonio Gómez Cantero. La casualidad familiar más llamativa es que los dos son obispos.

De hecho, Pedro Cantero Cuadrado fue el primer obispo de la Diócesis de Huelva. Creada en 1953 tras obtener la 'independencia' eclesiástica de la archidiócesis de Sevilla, Huelva tuvo su primer prelado en 1954: un "torbellino" llamado Pedro Cantero Cuadrado, tal y como lo describe Santiago Padilla, actual presidente de la Hermandad Matriz del Rocío, en su obra literaria 'Rocío. La explosión de la gran devoción del sur en el siglo XX'.

En ese mismo libro, Padilla incluye a Pedro Cantero como "un hombre providencial para Huelva y para El Rocío", y su nombre brilla entre los de "los personajes destacados de la historia del Rocío en el siglo XX".

Viniendo del norte, y no sin alguna fricción con los almonteños, Pedro Cuadrado supo ver el potencial del Rocío e impulsó ciertos cambios necesarios para que tanto la aldea como la romería se modernizaran en algunos puntos clave para que recibieran un impulso que han hecho hoy a la devoción y a la fiesta internacionales.

En palabras de Santiago Padilla padre, "don Pedro nos llegó a todos, nos ganó por su afecto, simpatía y su brillante inteligencia" y, tras su primera visita al Rocío, "don Pedro intuyó desde aquel mismo instante, las inmensas posibilidades del Rocío". 

El tercer obispo

Tras la relación familiar que vincula a dos obispos, Almería y El Rocío, toca recalar en un tercer obispo con un nexo de unión mucho más cercano (tanto en el tiempo como en lo geográfico): Rosendo Álvarez Gastón. 

El navarro fue obispo de Almería de 1989 a 2002 y, a partir de ahí, fue obispo emérito de esta tierra en la que falleció y donde descansan sus restos mortales. Antes de eso, fue obispo de Jaca. Y antes...

Una de las líneas menos conocidas de la biografía de Rosendo Álvarez Gastón (del que se guarda gran recuerdo y cariño en la Diócesis de Almería) es su paso por Almonte como párroco y la huella que allí dejó, siendo reconocido como "un gran historiador del Rocío". 

De 1972 a 1977, Álvarez Gastón fue párroco de Almonte y capellán del Santuario de Ntra. Sra. del Rocío. "Don Rosendo contribuyó enormemente en sus grandes investigaciones sobre el Rocío", exponían en uno de los obituarios que escribieron desde Almonte a su fallecimiento. 

"Desde que fue nombrado párroco de Almonte en 1972, comienza una pasión desvivida sobre la historia de la reina de las Marismas", y de hecho llegó a publicar varios libros sobre el Rocío: en 1974 un libro llamado 'El Rocío a Examen'; en 1977, publica 'Pastora y peregrina'; continuó las publicaciones en 1978, con la obra 'Almonte y el Rocío. Esperanzas de un pueblo andaluz'; en 1981, con 'Las raíces del Rocío' y en1999, siendo ya obispo de Almería, publicó 'Sevillanas rocieras o el alegre espíritu del Rocío'.

De esta forma, a pesar de la distancia que separa Almería y El Rocío, la vinculación no solo vive de los cientos de peregrinos que estos días van a ver a la Blanca Paloma: históricamente, hasta tres obispos han unido El Rocío y Almería.