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Cultura

El escritor que convierte los rincones de Almería en escenarios de asesinato

Las novelas de Juan Francisco Sánchez se desarrollan en escenarios reales de la provincia. Porque aquí todo puede ser una pista 

J. F. Sánchez en su lugar actual de residencia, Carboneras

J. F. Sánchez en su lugar actual de residencia, CarbonerasLA VOZ

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Hay tierras donde el silencio no es vacío, sino tensión. Donde la luz no lo revela todo, sino que deja sombras al acecho. Así es la Almería que escribe Juan Francisco Sánchez: una que guarda secretos, con pueblos donde parece no pasar nada, hasta que pasa. Entre naranjos, palomares y carreteras secundarias, el crimen se desliza. Y la historia, también.

Antes de que empiece a escribir, J. F. Sánchez ya tiene la escena en la cabeza y sabe dónde ocurre. No es un decorado cualquiera. Es la Vega del Andarax. Es la Playa de los Muertos. Es un rincón que ha pisado, que conoce. Porque sus novelas no se ambientan, se enraízan. Y su literatura es eso: misterio que parte de lo real.

Nació cerca de Barcelona en 1965, pero a los dieciséis años llegó al Bajo Andarax, a Benahadux. “Ahí empezó todo. Ahí me formé como persona”, explica en una charla con LA VOZ. Lo dice sin afectación, como quien mira atrás con perspectiva y confirma que lo importante no fue el cambio, sino lo que vino después: el descubrimiento de un lugar al que, de alguna manera, seguiría escribiéndole toda la vida. 

Desde niño fue lector compulsivo. Conan Doyle, Agatha Christie. Tanto leía que, cuando tenía que dejar un libro a medias, su cabeza seguía la historia. La necesitaba terminar. Y entonces, sin saberlo aún, comenzó a escribir.

J. F. Sánchez en un colegio de Almería, en una de sus charlas

J. F. Sánchez en un colegio de Almería, en una de sus charlasLA VOZ

—Empecé intentando construir una novela desde el criminal. Crear varios sospechosos y engañar al lector —recuerda—. Pero lo dejé guardado en una carpeta que llamé ‘Asesinos a sueldo’.

—¿Y cómo salió de ahí?

—Mi hermana la encontró y leyó el boceto de novela. Se lo enseñó a sus amigas y ellas me empujaron a compartirlo.

Así nació ‘Alguien ronda la Playa de los Muertos’, su primera novela publicada. Después llegaría ‘El asesino del Andarax’, donde un joven párroco debe descubrir quién mató a su antecesor en un pequeño pueblo almeriense en los años 60. Una novela que mezcla costumbrismo y thriller, fe y crimen, con un personaje que sorprende: el padre Ramón, una mezcla entre espía, cura y detective rural.

—¿De dónde surge un personaje así?

—De personas reales. Al principio no iba a ser así, pero pensé en una especie de cura y 007.  Una combinación que no creía que funcionaría. Pero todo cambió.

El resultado es un personaje que va creciendo con el lector. Porque si algo defiende Sánchez es que sus protagonistas no vienen dados: se insinúan, se construyen a medias.

—Me gusta dar pinceladas, no fotocopias. Dejar que el lector los termine de imaginar.

Dos novelas de J. F. Sánchez y su personaje, el padre Ramón

Dos novelas de J. F. Sánchez y su personaje, el padre RamónLA VOZ

Ese es uno de los hilos que conectan sus novelas: no solo el suspense, sino el acompañamiento. Que el lector y el personaje vayan de la mano. Que avancen juntos, paso a paso, hacia un final que los sorprenda a los dos. Y el otro hilo es Almería que, casi, tiene vida propia en sus obras.

—¿Qué tiene esta tierra que la convierte en el escenario perfecto para el misterio?

—Su luz. Su gente. La forma en que te saludan por la calle aunque no te conozcan. Aquí un personaje puede hacer migas con cualquiera. Todo se cruza. Todo puede pasar.

Conoce cada rincón. En 'El asesino del Andarax', por ejemplo, el palomar que aparece en la portada es real. Un lugar privado al que pudo acceder gracias a un trabajador de la finca del marqués. Lo exploró, lo imaginó, lo incorporó. Así funciona su proceso: documentarse, observar y luego esconder detalles, como buenas pistas.

—¿Qué rincón le falta por convertir en novela?

—Tengo dos en mente: la Sierra de Macael y una historia en el Cabo de Gata. Ese aún está con pinzas.

Palomar en Cortijo de San Miguel en Benahadux que inspiró 'El Asesino del Andarax'

Palomar en Cortijo de San Miguel en Benahadux que inspiró 'El Asesino del Andarax'Mancomunidad del Bajo Andarax

Porque escribir es un proceso complejo. Escribir, para él, comienza con una chispa. Una escena, una frase, un gesto. Pero una vez que la idea prende, todo debe tener lógica. No hay espacio para trampas. Ni para escribir con ruido.

—¿Cuál es su rutina como escritor?

—Necesito estar solo y tranquilo. Escribo por la mañana, sin música. Todo tiene que estar bien hilado. Que el lector no note la costura, pero que la haya.

Porque lo más difícil de una novela de intriga no es esconder la verdad, sino dejarla justo donde el lector no mira. Darle pistas, pero que no lo vea venir. Que al llegar al final, respire hondo y diga: “Claro. Estaba ahí desde el principio”.

Y le funciona. Tanto, que su primera novela —que iba a guardarse en una carpeta sin más— acabó viajando más lejos de lo que imaginó. A Bolivia. Una lectora la leyó, se enamoró del escenario y en su viaje a España desvió su ruta para conocer la Playa de los Muertos.

—Eso me emocionó. Nunca imaginé que una historia que escribí para mí llegaría tan lejos.

Primera novela de J. F. Sánchez 'Alguien ronda la Playa de Los Muertos'

Primera novela de J. F. Sánchez 'Alguien ronda la Playa de Los Muertos'LA VOZ

Quizá por eso sigue escribiendo. Por esos lectores que, como él, buscan algo más que una historia. Buscan una experiencia. Una atmósfera. Un lugar donde esconderse un rato. El próximo podría estar en la Sierra de Macael. O en Cabo de Gata.

O en cualquier rincón almeriense con sombra y silencio. Lugares donde la intriga se enreda con la luz. Donde el misterio se huele en el aire. Lo que es seguro es que Sánchez seguirá escribiendo. Tramas que se clavan. Personajes que respiran. Y finales que no se ven venir. Que todo lo que hoy vive empezó con una historia que no se atrevía a contar. Pero él la contó. Para que muchos la leyeran. 

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