Jesús Almería, 24 años de entrega al toreo: “Siempre es una suerte volver a mi tierra”
El matador vuelve este sábado 2 de agosto a Campohermoso, en una corrida mixta que marca el regreso del toreo a Níjar tras 13 años de silencio

Jesús Almería toreando
La afición. Eso que no se entrena ni se compra. Eso que se tiene o no se tiene. Y Jesús Almería la tuvo desde siempre. Desde que pisó por primera vez la arena de Balanegra, en julio de 1986, cuando aún era becerrista. Hoy, en 2025, sigue en pie. Toreando poco, como él mismo reconoce, pero sintiéndose torero cada día.
Y así se volverá a sentir este sábado, 2 de agosto, a las 19:30 horas, en Campohermoso, cuando los toros vuelvan a esta localidad de Níjar tras trece años de silencio. Una cita especial por muchos motivos. Pero, sobre todo, porque estará él. Jesús Almería. Uno de los nombres fundamentales del toreo en la provincia: “Llevo 24 años toreando y poder formar parte de esa recuperación en Campohermoso me llena de ilusión. No he dejado de torear, pero hacerlo aquí es distinto”, afirma Jesús, con calma, en una charla con LA VOZ.

Cartel oficial de la corrida de toros del sábado 2 de agosto en Campohermoso
Una corrida mixta en casa
El cartel de la tarde mezcla generaciones y estilos. Una corrida mixta, con dos rejoneadores —Sebastián Fernández y Luis Zambrano— y Jesús como único matador a pie. Como ha afirmado: “Son dos formas distintas de torear: a caballo y a pie. Y eso también demuestra que han apostado por ofrecer algo para todos”. Una propuesta —organizada por la empresa Tauro-Ganivet y el Ayuntamiento de Níjar— que aúna tradiciones con la mirada puesta en el público y un único deseo: que la afición vuelva a sentir.
Un deseo que comparte el matador al volver a casa. Él ha pisado muchas plazas. Incluso, confirmó su alternativa en Las Ventas en 2007. Pero lo que siente al regresar a su provincia no tiene comparación. “Cuando toreas en tu tierra, te conoce todo el mundo. Convives con esa gente. Y claro, eso te empuja. La presión es mayor, pero también la motivación”. Esa presión le recuerda por qué está aquí y por qué sigue.

Jesús Almería toreando
Preparar cuerpo y mente
Jesús llega a esta cita preparado. No solo físicamente, sino mentalmente. “Es una profesión de riesgo. No es solo entrenar el cuerpo: hay que entrenar la cabeza. El toro exige mucho más que reflejos”, dice. Asegura que cada preparación es distinta, pero en su caso, la experiencia manda. “Tiramos de entrenamiento físico, de tentaderos y, sobre todo, de cabeza”.
Pero hay algo que viene solo: el pulso que se acelera cuando pisa el ruedo. Ese silencio previo que se parece al vértigo. “A estas alturas uno conoce su oficio, sí. Pero cada tarde es una primera vez”, confiesa. Porque cada toro es distinto. Porque la plaza impone. Y porque, aunque los años enseñan a calmar los nervios, nunca desaparecen del todo.

Jesús Almería en una plaza de toros
Un oficio, una memoria
Él comenzó en la Escuela Taurina de Almería, bajo la tutela de nombres como José Antonio Martín o Pepe Plaza. Fue parte de una generación que vivió el toreo con respeto y entrega. Hoy, desde la madurez que dan los años y los golpes, lo valora más que nunca: “He toreado poco, sí. Pero sigo aquí. Vivo del toreo y para el toreo. Y no he dejado de sentirme torero ni un solo día”.
La ilusión, dice, no se pierde. Cambia. Se transforma en temperamento. En saber estar. En no necesitar demostrar, pero sí emocionar. No habla desde la gloria. Habla desde el trabajo. De ensayar cuando no hay fecha. De seguir en pie cuando otros se rinden. “He apostado todo por esa tarde en Campohermoso. Quiero que sea un éxito. Para la plaza, para la afición. Para esta tierra de toros que llevamos dentro”.

Jesús Almería en hombros
Por ello, si algo le duele es la falta de relevo en la provincia. “Hace años que no sale un torero de Almería. Pero a los chavales que sueñan con vestirse de luces les diría que esto va de constancia y pasión. Y de renuncias”. Él lo sabe bien. Ha vivido los sacrificios. Ha inaugurado plazas. Ha toreado en ferias. Ha demostrado cualidades, pero no siempre ha recibido las oportunidades: “No siempre he tenido las recompensas que merecía”.
Con 24 años de carrera, sigue con las mismas ganas: “Sigo apostando por esto. Y mientras esté en pie, seguiré dando lo mejor”. Este sábado, Campohermoso no solo recupera una plaza. Recupera la memoria, la pasión, el rugido de un toreo que nunca se fue del todo. Y al frente estará Jesús Almería, con su muleta, su temple y ese algo que no se aprende: la verdad de quien torea.