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Así era el arpa que escuchaban los faraones

El luthier Carlos González construye en El Parador una réplica de este instrumento antiguo

Carlos González muestra la réplica en su taller.

Carlos González muestra la réplica en su taller.

Marta Rodríguez
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En el taller de El Parador (Roquetas) de Carlos González cualquier cosa es posible. El último reto que ha superado con creces este luthier de instrumentos antiguos ha sido construir una réplica del arpa que escuchaban los faraones en el antiguo Egipto. Se trata de un encargo del Instituto Francés de Arqueología Oriental, que celebra un coloquio internacional en París en el que este artesano ofrece hoy una charla sobre las posibilidades de afinación de esta arpa naviforme.


Según explica en declaraciones a LA VOZ, para hacer la réplica se ha basado en la documentación facilitada por este organismo que consta de un plano detallado y un análisis de las maderas y materiales. “El arpa original se encontraba en una tumba datada entre el año 1700 y el 1550 antes de Cristo, en la necrópolis de Dra Abu el-Nagga, cerca de Tebas”, indica.


Carlos González y Mabel Ruiz, intérprete de instrumentos antiguos, ya han tratado este tema en profundidad en un coloquio que tuvo lugar en Berlín en 2014. “Ofrecimos una charla-concierto sobre la vihuela de Quito, invitados por el Instituto Alemán de Arqueología Oriental”, apunta.


En el antiguo Egipto, las arpas y los laúdes faraónicos, junto con instrumentos de percusión, se usaban en los banquetes y  fiestas de las clases altas y también en las ceremonias religiosas. “Las encontramos representadas en numerosos relieves y pinturas, y gracias al excepcional clima seco de Egipto, se han conservado muchos instrumentos en perfecto estado de conservación”, expresa.


Coloquio en París
En el coloquio de París (titulado ‘La Fábrica del Sonido’), Carlos González hablará de dos elementos fundamentales de las arpas naviformes antiguas, que son determinantes en la producción del sonido: la varilla donde se atan las cuerdas y que transmite el sonido a la tapa armónica y la sujeción de las cuerdas en la columna o mástil gracias a las clavijas de madera, que es donde se supone que se afinaba el instrumento.


Tal y como cuenta el luthier, la idea de recuperar el sonido y las prácticas  musicales de las antigüedad es una disciplina de la arqueología que se desarrolla cada vez más, en un intento de comprender mejor las culturas del pasado.


“La arqueomusicología es una disciplina muy activa y tiene un buen desarrollo en España, en especial en Valladolid, donde en 2011 tuvo lugar un encuentro internacional de muy alto nivel.  Los arqueólogos intentan confrontar sus teorías con la realidad, y para ello suelen pedir la colaboración de artesanos especializados en diferentes oficios, ya que podemos aportar una visión diferente de las cosas basándonos en nuestras propias experiencias”, concluye.


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